Tras muchas declaraciones de los políticos de nuestro gobierno acerca de nuestra educación (casi nunca para decir nada positivo) y viendo la inactividad o hiperactividad legislativa que a veces (entiéndase, continuamente) padecemos en este sector. La educación siempre ha sido en España caballo de batalla para las diferencias tendencias políticas, pero nunca en el buen sentido. Dice bastante de un país que la gente no sea capaz de ponerse de acuerdo sobre cómo educar a sus hijos, no ser capaces de entender que en ello reside el futuro del propio país.
En los últimos meses nuestro ministro de educación (cultura y deporte) nos ha venido obsequiando con cuantiosas declaraciones dignas de mención. La situación se vuelve tan surrealista por momentos, que casi parece que pretenda agitar los medios y las redes sociales para que no pensemos en lo que el resto de sus colegas hacen con sus respectivas carteras. Alguna de estas curiosas sentencias ya las he comentado anteriormente. Pero desde hace tiempo tiendo a relativizarlo todo, tragarlo para dentro, olvidar e intentar disfrutar de la grandísima oportunidad que tengo (gracias a la UE, porque el estado aún no me ha pagado ni un duro, ni tengo certeza de que lo vaya a hacer…) de estudiar en un país tan diferente como es Suecia.
Sin embargo hoy, sin explicación (quizás exceso de café), me he levantado muy temprano y lleno de ideas. Y no aguanto más sin decir unas cuantas cosas. En concreto quiero relacionar dos declaraciones, una ha transcendido bastante, la segunda al llover sobre mojado creo que no. La primera la pronunció la señora funcionaria del Ministerio de Turismo Doña Esperanza Aguirre en un mitin del PP en Vigo: "Los niños deben saber que España es una gran nación con 3000 años de historia". La segunda salió de la boca de nuestro estimado ministro de Educación, Cultura y Deporte, el señor José Ignacio Wert: "En algunas comunidades el contenido de los libros de texto intenta transferir un sentimiento nacional e inclinar hacia una ideología determinada".
En un primer momento, esta segunda afirmación ya ni me causó impresión. Un servidor ya está curado de espanto. Pero tras dejar que fuese calando en mi subconsciente, y mezclándose con otras ideas que ya había escuchado antes, y que escucharía después… eclosiona. No podemos permitir que la gente diga estas barbaridades, y en este caso me refiero a la señora Aguirre. Salvo que, claro está, el señor Wert tenga razón, y los libros de historia de la Comunidad Autónoma de Madrid digan esas cosas, en ese caso le daría gustosamente la razón a los dos. Igual lo que el señor Wert quería decir, es que en algunas comunidades autónomas, los libros de texto no están suficientemente españolizados para su gusto , y tienen en cuenta que existe algo más en España que toros, sangría, paella, flamenco, siesta, calor… esa es la imagen que tiene la gente fuera de España, aquí nadie sabe nada de manifestaciones, independentismos, ni leches. Dejen la Marca España en paz, que ya bastante vergüenza nos puede llegar a dar, matizo, a veces. Y los mercados, esos miran las cuenta que ustedes les dan, no sus periódicos, y son malísimas, nadie se fía (y no me extraña)… déjense ya de recriminar cosas a los ciudadanos y hagan su trabajo. Si no saben cómo, déjenle la mamandurria a otra persona.
Señora Aguirre, en primer lugar, los niños no deben saber nada, ¡Deben aprender a saber! Es crucial que los niños aprendan a pensar, a buscar información, a ser curiosos y críticos… sólo así se evita "saber" barbaridades como las que usted dice. En segundo lugar, sobre si España es una gran nación, es un concepto tan discutible, que cualquier persona con conocimientos históricos y políticos evitaría pronunciar como verdad absoluta (aunque sí puede ser una opinión defendible, no es mi caso). Pero fíjese, no es esta parte de la frase la que me molesta, porque si usted opina que España es una gran nación, está en su completo derecho de sentirse así (y yo en el mío de no compartirlo, pues el nacionalismo es un concepto romántico, un sentimiento, una opción, no una realidad absoluta que podamos medir). Lo más grave es decir que España tiene 3000 años.
Pueblos de la Península Ibérica en el siglo X a.C. |
Cómo decirlo, si viajásemos 3000 años atrás, no encontraríamos sobre la Península Ibérica ningún español. Es posible que tengamos que retroceder al siglo XV para encontrar a alguien que diga ser español. Eso sí, nos encontraremos a los fenicios, a los pueblos prerromanos, más tarde a los habitantes del Imperio Romano, dueños y señores del Mare Nostrum, y tras su caída, veríamos cómo surgirían los primeros reinos feudales europeos de la mano de nuestros amigos germanos (por cierto, el primero de todos lo fundaron los Suevos, en el territorio que ocupaba la Gallaecia romana). Más tarde la mayor parte de su querida España estuvo… ¿Ocupada por los árabes? ¿Durante 800 años? ¿Frente a los escasos 100 que los cristianos germanos habían estado en la península? ¿Y según usted, esos eran españoles o no? Porque eso depende a quien le pregunte… En fin, no voy a seguir ahondando en el tema porque se entiende por dónde voy, curiosa visión: España cristiana durante 100 años, luego "es ocupada" 800 años por los musulmanes, pero son extranjeros, es curioso el matiz que le damos, ¿No?. Y luego siguen 500 años de cristianismo. 800 frente a 600, grosso modo como le gustan las cuentas a usted, pero los musulmanes, judíos y demás familia siguen siendo extranjeros aquí. Cada uno sabe lo que le apetece.
La "Nación Española" si existiere, tendrá un par de siglos, como todas las naciones del mundo, puesto que el nacionalismo, y la identificación de nación con estado es un concepto que surge en el romanticismo (siglo XIX). No intente buscar eso antes, los habitantes eran vasallos de tal o cual fulano. Servían a tal o cual señor, súbitos de tal o cual rey. Y lo mismo daba que fuese uno que otro. El sentimiento de pertenencia a un pueblo, y por lo tanto, de nación (y posteriormente la reclamación de la soberanía para el mismo) es posterior, como ve, muy posterior al 1012 a.C. donde nos sitúa usted.
Por favor, ya no sé si pedirles que dejen de intentar adoctrinar a los demás, porque puede ser pedirles demasiado. Pero qué menos que dejar de acusar a los demás de lo mismo que ustedes hacen. Y si puede ser, dejen de una vez de pelearse como niños por la educación, por ver quién es capaz de adoctrinar a quien, preocúpense por enseñar a pensar a los niños, y se acabará todo adoctrinamiento posible. Aunque igual eso tampoco les conviene demasiado...
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