El libro Guiness de los récords, en su edición de 1998, otorgó a George Philip Telemann el grado del compositor más prolífico de la historia, al menos si nos ceñimos a la obra que se conoce. Esto es mérito más que suficiente para acercarnos un poco más a su extensa producción y dedicarle un poco de atención a la música barroca, de la que por deformación profesional (clarinetitis leve) estoy algo distanciado. Si bien, en mi defensa tengo que añadir que cantar parte del Mesías de Haendel y del oratorio de navidad de Bach está incluído en mi lista personal de los mejores momentos musicales de mi vida.
La figura de Telemann - a quién heréticamente recuerdo haber llamado "Telemán" la primera vez que leí su nombre estando en grado elemental, bendita ignorancia- nos puede guiar en un viaje por el panorama musical alemán de la primera mitad del siglo XVIII. Es un hombre clave, nexo entre dos gigantes como Johann Sebastian Bach -de quien fue compadre, al apadrinar a su hijo Carl Philip Emmanuel Bach- y George Friedrich Händel -de quién fue amigo. Aunque en la actualidad Bach y Haendel eclipsen la figura de Telemann en su tiempo no fue así, y su fama y sueldo superaron a los de nuestros admirados maestros.
Natural de Magdeburgo (Norte de Alemania), Telemann mostró su talento musical de manera temprana, llegó a aprender a tocar multitud de instrumentos, pero su familia no lo veía bien y terminó enviándolo a estudiar derecho a Leipzig, pero el plan no salió muy bien y acabó dirigiendo la ópera de Leipzig y organizando una intensa actividad musical que llegó a preocupar a Kuhnau, maestro de capilla y compositor más influyente de la ciudad (antecesor de Johann Sebastian Bach).
Despues de esta primera etapa se familiariza con la música francesa y más tarde se traslada a Eisenach, donde conoce a Bach. A partir de 1721 llega a Hamburgo, ciudad donde desarrollará el resto de su carrera. Allí se ocupó de las principales iglesias de la urbe y también fue el director de la ópera. Un episodio anecdótico de esta etapa fue cuando Kuhnau dejó vacante su puesto en Leipzig y Telemann se postuló como candidato para sucederle (junto con Bach, que fue rechazado entonces) pero cuando aceptaron su propuesta él la rechazó, sirviéndole este farol para conseguir un aumento de su salario en Hamburgo. Al morir, le sucedió en su cargo su ahijado Carl Philip Emmaniel Bach, a quien se le conoció como "el Bach de Hamburgo".
Las 6 Sonatas Canónicas TWV 40:118-123 son una serie de 18 piezas agrupadas en seis sonatas escritas a dúo en forma de canon al unísono, es decir, que consta de una única línea melódica que se hace contrapunto a sí misma si el segundo ejecutante la interpreta al finalizar el primero un motivo determinado marcado en la partitura. Es un magno ejercicio de contrapunto riguroso en el que los motivos se suceden contraponiéndose entre sí, de manera que los escuchamos dos veces, una en cada voz, pero nunca se oye dos veces lo mismo porque una de las voces cambia. Estamos ante un gran rompecabezas que encaja motivos durante media hora.
Publicadas en Hamburgo en 1727, originalmente estas piezas fueron concebidas para un dúo de flautas o violines, si bien se pueden encontrar versiones con instrumentos diversos, con la única condición de que se encuentren en la misma tesitura. Yo he elegido una versión para dos flautas históricas en la que podéis escuchar la secuencia completa (30 min) de las seis sonatas por orden.
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