viernes, 7 de marzo de 2014

Que todo cambie para que todo siga igual


Como suele ocurrir en estos casos, el miércoles nos fuimos enterando poco a poco y por sorpresa de que el BOE había publicado un Real Decreto (96/2014) poniendo orden de manera oficial en la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales y otros estudios superiores (legalmente discriminados, equivalentes mas no iguales) estableciendo los distintos escalones en los que se dividen las titulaciones (Técnico Superior, Grado, Máster y Doctor).

El ministerio de Educación ha tenido a bien aclarar que cuando afirma que el Título Superior de Música es equivalente a todos los efectos a un grado quiere decir precisamente eso, que no tiene ninguna intención de atender a las peticiones de alumnos y profesores para integrarse en el sistema universitario. Las peras con las peras y las manzanas con las manzanas (citando a una célebre esposa, alcaldesa y políglota). Que corra el aire.

Alguien metió la pata hasta el fondo cuando creyó que se ahorraría complicaciones dando titulación de Grado a todas las carreras de ese nivel, estuviesen o no en centros universitarios. Este es el caso, por ejemplo, de las Enseñanzas Artísticas Superiores: música, danza, arte dramático, diseño..., que en una excepción sin semejanza en otros países civilizados, se hallan fuera del sistema universitario, y sus centros deambulan en un limbo administrativo de cuerpos de profesores y direcciones generales entre lo universitario, la formación de adultos y la enseñanza secundaria. Ocurre lo mismo con otros aspectos como las becas u otras condiciones relativas a derechos de los alumnos.

Y resultó que no nos ahorramos complicaciones, la universidad de Granada vio venir que cualquier escuela superior de diseño iba a dar a sus alumnos un grado, y se plantó en los tribunales a defender SUS títulos universitarios. Y el Supremo les dio la razón, desde ese momento había dos opciones que se han barajado hasta hace muy poco: o volvemos hacia atrás a la titulación "equivalente" o damos un paso y nos integramos en la universidad.

A pesar de todo el entusiasmo puesto sobre la mesa, el cambio ha sido hacia atrás. Aunque alguna administración e incluso algún medio de comunicación (que parece haber leído mal el BOE) digan lo contrario, aquí hemos cambiado para seguir igual. En ese decreto no dice otra cosa que lo que siempre ha sido nuestro título superior, un título equivalente al que emiten las universidades, pero sin ser universitario ni poder denominársele grado. 

No deja ser útil el símil de las peras y las manzanas, la actitud de los legisladores en ese asunto no deja de ser la misma que la que defiende esta postura: no es que no te quiera dar lo mismo, pero el nombre es sagrado y está reservado para ...(la universidad), te podemos dar algo igual pero con otro nombre.

Que no nos engañen, diga lo que diga la propaganda, seguimos igual.