viernes, 28 de octubre de 2022

15 años tiene mi blog

Abrindo camiño

Y finalmente, pasaron otros seis años y aquí seguimos: no estamos muertos, estamos de parranda. Tal y como sospechaba en la anterior publicación de 2016 -sí, soy capaz de escribir esto ya sin sonrojarme en exceso ante tamaño abandono- aquello no fue un nuevo comienzo, ni el principio de nada, sino más bien una especie de recurso para acallar mi conciencia durante un tiempo y mantener una especie de status quo, una especie de blog de Schrödinger que periódicamente amenaza con regresar o perderse en las profundidades de la red.

La verdad es que nunca se sabe, no es tan mala opción dejar una puerta abierta, una ruta de escape o un plan B con el que seguir soñando. Mas el tiempo está sentenciando el destino de este espacio virtual de manera implacable, vergonzosa. 

Aunque lo cierto es que las modas van y vienen, hubo un tiempo no tan lejano donde tener un blog estaba de moda, luego vinieron las redes sociales, unas cuantas de aquellas en las que etiquetamos tantas fotos o dejamos tantos comentarios cayeron en desuso o desaparecieron. 

Estos últimos -y no tan últimos- años no han sido demasiado fáciles, y todavía estoy en medio de un camino que todavía no está claro si lleva a alguna parte. De todo se aprende, y se disfruta a su manera, diferentes etapas vitales, y en la de los últimos diez años no ha tocado ser esparate para el mundo, sino espejo en el que mirarse para aprender de uno mismo desde la intimidad. 

Pero nada es definitivo ni infinito, así que no poduedo descartar que en un futuro no muy lejano nos cansemos de lo inmediato, live, de vivir en streamming, y en un regreso de lo reposado volvamos a repensar y escribir pausadamente. Así que, como es costumbre en esta página, no puedo despedirme sin volver a recordar -o advertir- que en cualquier momento pueden rebrotar las hojas cual primavera, aunque quizá me equivoque de metáfora porque siempre me acerco a escribir cuando estamos en otoño.

Solpor de outono

miércoles, 19 de octubre de 2016

9 años no son nada

No conservo la primera publicación que hice en este blog, y por tanto desconozco la fecha exacta en la que lo comencé; pero en cambio, sí guardo un grato recuerdo de aquellos comienzos en aquel octubre de 2007, de aquel otoño que me llevó a residir en pleno corazón de Compostela, ciudad que me cautivaría para siempre.

En aquellos primeros tiempos universitarios para mi, en un momento de la prehistoria de las redes sociales, la inquietud que provocó en mi la posibilidad de acceder al mundo a través de internet fraguó en la búsqueda de un canal para realizar esa comunicación, un soporte de contenidos lo más versátil y caudaloso posible -al contrario que ahora que buscamos fotos impactantes para instagram o facebook, y la mejor frase con menos de 140 caracteres. Fruto de esa búsqueda -en la que reconozco que acabé por tener una cuenta en casi todas cuantas plataformas existían por aquel entonces- nació este blog, y nació para ser mi principal escaparate personal hacia el mundo, aunque sin pretensiones de llegar a un gran público, tengo que reconocerlo sinceramente. Yo no soñé con ser bloguer -o bloguero-, en aquel entonces ese era un concepto desconocido para la gran mayoría, si es que existía siquiera con el significado que hoy le otorgamos. 

Este blog me permitió cumplir un viejo deseo de tener una página web, una finca en internet donde sembrar mis ideas, inquietudes, pensamientos, imágenes y sonidos. Un lugar desde el que poder mostrar al mundo quien soy, y ofrecer mis publicaciones a todo aquel que las quisiese leer.

Hoy en día todo ha cambiado, el mundo cambia constantemente, pero también yo cambio. Ahora miro a este blog con un sentimiento contradictorio de responsabilidad para no perder un trabajo de tantos años -le cojo mucho cariño a las cosas que están tanto tiempo conmigo- pero también de culpabilidad por no ser capaz de dotarlo de contenido y continuidad.

He barajado muchas posibles causas para este problema, y mi hipótesis actual se centra en lo difícil que resulta para mí exponerme públicamente tan al descubierto. He fabricado una página donde mi nombre aparece por todas partes, que aparece rápidamente al buscarme, que aparece en los buscadores también cuando buscas muchas otras cosas, y que ve mucha gente. En definitiva, es un escaparate que se escapa a mi control. Cualquier cosa que ponga la podrá leer cualquiera, y sabrá que la he escrito yo, y aunque por lo general no destaco por publicar contenido que me pueda perjudicar, la desconfianza hacia que algo de eso se pudiese volver en mi contra, me impide proyectarme a través de esta ventana como lo hacía al principio. Muchos blogueros cuentan su vida y milagros, pero muchos también lo hacen desde el anonimato.

De todas formas, el gusanillo por escribir aquí sigue dentro de mí, cada vez que abro el blog, cada vez que pongo los dedos sobre el teclado sueño con que comiencen a fluír las ideas a través de las palabras... Por lo tanto seguiré intentándolo una y otra vez, con el aliciente extraordinario que tengo este año, pues en octubre de 2017 cumpliremos 10 años y habrá que conmemorarlo de algún modo. No puedo prometer nada, porque dudo de poder cumplirlo, pero seguimos trabajando en ello.

domingo, 11 de octubre de 2015

Audiciones comentadas: Las suites de Holst para banda de música

Acabo de darme cuenta de cuál fue sin duda el error que motivó que abandonase la publicación de estas audiciones comentadas en marzo, precisamente una de las razones que provoca que este blog esté la mayor parte del tiempo en barbecho, el trabajo que conlleva cumplir con un alto grado de auto-exigencia en cuanto al rigor, cantidad y calidad de la información. Pero ya al comenzar esta sección me dije que precisamente quería huir de los análisis, que no pretendía a estas alturas substituír al New Grove Dictionary of music and musicians, ni al Grout & Palisca, ni siquiera a la Wikipedia.
Incluso elaborar un resumen, un collage de información, es una tarea pesada y poco efectiva, una cosa es informarse, y otra masticar la información y presentarla ya digerida. Creo que a partir de ahora voy a limitarme a contextualizar brevemente la obra comentada, y a presentar fuentes de información en las que cada uno puede ampliar ese contexto a partir de sus propias conclusiones. Y dedicaré el grueso del texto a hacer mis propios comentarios, personales, sin el corsé del rigor que requiere la presentación de datos y conclusiones objetivas. Me paso al lado subjetivo, quizá incluso al emocional, quién sabe, eso aún está por ver.

Gustav Holst: First and Second Military Band Suites Op. 28 No. 1 and 2

La primera suite de Gustav Holst es un hito en el repertorio para banda de música por ser la primera gran obra escrita por un compositor renombrado, y no especializado en la composición para esta agrupación, y que sirvió de catalizador para que otros compositores considerasen a las bandas -en aquel entonces fundamentalmente militares- como un vehículo para la intepretación de su música y comenzasen a dotarlas de un repertorio propio y de calidad. Holst la finalizó en 1909, sin embargo no fue estrenada hasta 1920. 
El primer movimiento gira en torno a un austero tema presentado al principio por los instrumentos más graves de la banda, pero que pronto asciende pasando por todas las secciones y presentándose con múltiples variaciones que muestras caracteres diferentes hasta que se genera un crescendo de una escalada de tensión que culmina con un final realmente apoteósico. Cada vez que la escucho sigo quedando impactado por lo tres últimos bombazos, dos a contraempo y el último a tempo, que precede a la cadencia final. 
En general el resto de la obra se articula alternando secciones con carácteres contrastantes, unas muy rítimicas y articuladas y otras con pasajes cantabile y legato. Siempre me ha parecido una obra que mezcla desde la sobriedad y la apoteosis del principio, y que en otros momentos desborda energía y movimiento.
Nunca he tenido la oportunidad de tocarla pero todavía espero poder hacerlo algún día, porque sin duda es una de la obras canónicas del repertorio bandístico.



La segunda suite comienza nuevamente con un motivo que presentan los instrumentos graves y al que contestan las maderas agudas, pero el tempo y el carácter es totalmente diferente al del comienzo de la primera suite, en contraste con ésta, aquí el comienzo es festivo. En el primer movimiento destaca un hermoso solo de bombardino, desde luego pocos instrumentos podemos encontrar más propios de la banda de música. En esta suite Holst también se nutre de la música folk para inspirarse en sus temas.
La instrumentación empleada en ambas suites es muy completa, abarcando generosamente las principales familias de instrumentos, en el caso del clarinete es muy completa, al contar con dos requintos, clarinete solo y tres clarinetes, clarinete alto, clarinetes bajo y clarinete contrabajo.



Más información:

domingo, 4 de octubre de 2015

Audiciones comentadas: El Quinteto de Nielsen

Carl Nielsen: Kvintet for Flöte, Obo, Klarinet, Horn og Fagot, Op. 43


La historia del quinteto de viento del compositor danés Carl Nielsen comienza con una anécdota sobre una llamada de teléfono. Un día del otoño de 1921, cuatro miembros del quinteto de viento de Copenhagen se encontraban ensayando la Sinfonía Concertante de W.A. Mozart con el pianista Christian Christiansen, cuando éste recibió una llamada telefónica de su amigo Carl Nielsen. Christiansen acudió a coger el teléfono pero sus compañeros prosiguieron tocando. Lo que escuchó Nielsen mientras hablaba con su amigo lo dejó intrigado y le preguntó cuándo era el concierto, al que acudió para escuchar su interpretación.

Nielsen quedó fascinado con la formación, con la relación entre la naturaleza y la vida con la propia respiración inherente a los instrumentos de viento, y con cómo Mozart había sido capaz de entresacar el carácter individualizado de cada instrumento dentro del conjunto. Inspirado por esta experiencia se propuso escribir un quinteto especialmente para este grupo de amigos, en el que cada voz muestra el carácter de cada uno de los intérpretes.

El resultado de esta colaboración fue muy satisfactorio, tanto que Nielsen comenzó a escribir una serie de conciertos dedicados a cada uno de los intérpretes del quinteto, pero sólo fue capaz de concluír en vida unos magníficos -y muy virtuosos- conciertos para flauta y clarinete.

Caricatura del estreno del quinteto, realizada en 1922.


El 9 de octubre de 1922 se realizó el estreno público del quinteto a cargo del grupo que lo inspiró, el Quinteto de Viento de Copenhagen, compuesto por el flautista Paul Hagemann, el oboista Svend C. Felumb, el clarinetista Aage Oxenvad, el trompista Hans Sørensen, y el fagotista Knud Lassen. En unas notas al programa se describió la obra de este modo:
"El Quinteto de Vientos es una de las últimas obras del compositor, en la que ha tratado de hacer personajes con los distintos instrumentos. En un momento están hablando a la vez, en otro están solos. La obra consta de tres movimientos a) Allegro, b) Minuet y c) Preludio y Tema con variaciones. El tema de estas variaciones es la melodía de una de las canciones espirituales -el coral "Min Jesus lad mit hjerte få"- de Carl Nielsen, que aquí se ha hecho a partir de un conjunto de variaciones, ahora alegre y peculiar, ahora elegíaca y seria, que termina con el tema en toda su sencillez y expresado suavemente."

En el preludio, el oboe es sustituído por el corno inglés, aportando más color a una obra ya de por sí llena de colores. Este cambio fue inspirado por una ocasión en la que el oboista del quinteto coincidió bajo la batuta de Nielsen interpretando la Sinfonía Fantástica de Berlioz. Se dice que Nielsen lo llamó más tarde para preguntarle si sería posible cambiar de instrumento en medio de la interpretación del quinteto, e incluyó esta verdadera joya de parte de corno inglés que hace, si cabe, más especial a este quinteto.

La versión que he escogido es la del ensemble CARION, cuyas interpretaciones son especialmente inspiradoras sobre cómo se debe entender la música de cámara, y que son un gozo tanto para la vista por su esclarecedora puesta en escena, como para el oído por su calidad técnica y musical.

martes, 29 de septiembre de 2015

Audiciones comentadas (II)

De vez en cuando entro aquí a ver cómo está todo, si ha habido algunas visitas o si ha comentado alguien, y pienso sobre si publicar algo, reflexiono durante un buen rato... y nada, no se me ocurre cómo rellenar el espacio en blanco. Pero hoy me he topado con un número: 32.000 visitas durante todos estos años, no es una mala razón para continuar intentando remontar este blog, después de unas largas vacaciones de seis meses desde que el parón de Semana Santa hizo que me despistase y dejase de publicar.

La verdad es que en marzo parecía que podía ir bien la cosa, sumaba ya varias audiciones y todo parecía encaminado, pero me confié, y la falta de constancia durante aquella semana echó por tierra todo el trabajo de las semanas anteriores. 

Pues creo que ahora es un buen momento para retomar este blog poco a poco, apoyándome para comenzar en esta sección de audiciones comentadas, que podré usar como material en mi nueva faceta como profesor de lenguaje musical de la escuela de música de mi banda, un nuevo proyecto apasionante que me acerca al mundo de la docencia, todavía inexplorado por mí. 

Comienza de nuevo la cuenta atrás, el domingo volveré a compartir un rato de música comentada.

domingo, 22 de marzo de 2015

Aaron Copland: Appalachian Spring

Ayer comenzó la primavera astronómica, la meteorológica dicen que ya lleva unos días entre nosotros, pero yo todavía no la noto demasiado aquí en Narón. Aún así sí que se respira un incipiente aire primaveral, aparecen tímidamente las primeras flores al calor de los días parcialmente soleados y las temperaturas comienzan a alcanzar unos picos máximos más templados -a pesar de las frescas o incluso frías mínimas. Pero aquí no hemos venido a hablar de meteorología, toca hacer una audición comentada, y esta semana os traigo uno de mis tributos musicales favoritos a la primavera, en este caso se trata de una visión procedente de los Estados Unidos de Norteamérica.

Aaron Copland
 El compositor estadounidense Aaron Copland nació y murió en New York, viviendo 90 años comprendidos entre 1900 y 1990. De origen ruso-judío, destacó como uno de los más afamados compositores americanos de música clásica y música de cine, especialmente en los Estados Unidos de Norteamérica. Comenzó sus estudios de armonía, contrapunto y piano en la ciudad de los rascacielos, para trasladarse en 1921 a Francia, donde estudió con Nadia Boulanger. En el año 1924 regresa a los Estados Unidos, donde realiza una serie de encargos y estrenos para las más importantes formaciones sinfónicas del país, como la New York Philharmonic o la Boston Symphony Orchestra.

En los años 40 escribió sus ballets, como Billy The Kid, Rodeo, Lincoln Portrait o Appalachian Spring (1944), por el que recibió el Premio Pulitzer de música y el Premio de la Crítica Musical de New York. También escribió en esta época su célebre Fanfare for the Common Man (fanfarria para el hombre común) o su 3ª sinfonía.

Fue un músico comprometido y participó en numerosas asociaciones y actividades, así como docente en prestigiosas instituciones académicas como la Universidad de Harvard. También compuso música para películas de cine, siendo nominado a los Oscar por varios de sus trabajos, y recibiéndolo finalmente en 1950 por la música del film "La heredera" (1949). Su defensa, en 1936, del Partido Comunista de los Estados Unidos le creó problemas con el FBI y el goierno, que llegó a vetar su música en importantes actos. En 1964, el presidente Lyndon B. Johnson le impuso la Medalla de la Libertad, la más alta distinción civil en USA.

En 1944, Aaron Copland recibió de Martha Graham el encargo de componer un ballet, que fue estrenado en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos el 30 de octubre de 1944, con la propia Martha como bailarina principal. Al año siguiente, Copland hizo un arreglo del ballet como suite orquestal, conservando la mayor parte de la música, para una formación de 13 instrumentos, aunque en 1954 ya se hizo otra versión con una orquestación más extensa para orquesta completa. Estas versiones concertantes son las que se han hecho más célebres.

Ballet for Martha

"Ballet for Martha" fue su primer título, pues Copland no había pensado para esta obra nada en concerto. Poco después de su estreno, fue Graham quien le hizo la sugerencia de ponerle de título "Appalachian spring" tomando una frase del poema de Hart Crane "La danza", de su libro "The bridge" (el puente):
O Appalachian Spring! I gained the ledge;Steep, inaccessible smile that eastward bendsAnd northward reaches in that violet wedgeOf Adirondacks!
Oh manantial de los Apalaches, alcancé la cornisa;
Escarpada, innacecible sonrisa que se dobla cara el Este
Y cara el Norte llega en esa cuña violeta
De los Adirondacks!

Como Copland compuso la música sin saber previamente el título, le hacía mucha gracia cuando la gente le decía que había capturado la belleza de los Apalaches en su música. Es poco conocida la circunstancia de la palabra "spring" en el contexto de este poema se refiera a un manantial, aunque el conjunto de su obra es un viaje para conocer la primavera.

Appalachian Spring

El ballet trata acerca del desarrollo de una fiesta de primavera de los pioneros norteamericanos en la década de 1800, después de construír una nueva granja en Pennsylvania. Entre los personajes centrales se encuentran una pareja de recién casados, un vecino, un predicador evangelista y sus seguidores.
La Suite Orquestal está dividida en 8 secciones, que Copland describe de la siguiente manera:
  1. Muy lentamente. Introducción de los personajes, uno por uno, bajo una luz difusa.
  2. Rápido. Explosión repentina de frases al unísono en arpegios mayores: comienza la acción. Un sentimiento tanto eufórico como religioso da la tónica a esta escena.
  3. Moderado. Dúo para la novia y su prometido: escena de ternura y pasión.
  4. Muy rápido. El predicador evangelista y su rebaño. Sentimiento folk, danzas country y violines.
  5. Aún más rápido. Sólo de danza de la novia: presentimiento de la maternidad. Los extremos de alegría, de miedo y de asombro.
  6. Muy lentamente (como al principio). Transición a escena que recuerda a la música de la introducción.
  7. Calmo y fluído. Escenas de la actividad diaria de la novia y de su marido agricultor. Hay cinco variaciones de un tema de los Shakers (Sociedad unida de creyentes en la segunda aparición de Cristo). Este mismo, cantado por el clarinete solista, fue tomado de una colección de melodías compiladas por Edward D. Andrewa. La melodía se conoce como "Simple Gifts".
  8. Moderato. Coda. La novia tiene su lugar entre sus vecinos. Al final la pareja queda "tranquila y fuerte en su nuevo hogar". Las cuerdas con sordinas entonan un silencioso coro de gratitud. El cierre es una reminiscencia de la música de apertura.

Fuente: Wikipedia

A continuación os dejo la versión que he escogido para ilustrar esta audición, se trata de la versión orquestal de 1945 para la formación original de 13 instrumentos.



Grabado en vivo el 3 de junio de 2012 en la Westmoreland Congregational, UCC.
Alejandro Hernandez-Valdez, director
Kara Santos, flauta
Garrick Zoeter, clarinete
Ryan Romine, fagot
Chaerim Smith, Brent Price, Akemi Takayama, Christina Wheeler Wensel, violines
Derek Smith, Robin Fay Massie, viola
Ben Wensel, Jessica Sammis, cellos
Alec Hiller, contrabajo
Grace Cho, piano

domingo, 15 de marzo de 2015

Antonín Dvořák: Sinfonía nº 9 en Mi menor op. 95, desde el Nuevo Mundo

La audición comentada de esta semana rompe un poco el rumbo "alternativo" que podía parecer que tomaba esta serie de publicaciones. El objetivo no es dar a conocer música que pasa desapercibida para el gran público, aunque éste sea un hecho que puede ayudarme en un momento dado a decidirme a comentar una determinada obra frente a otras opciones. Esta semana os traigo una obra que casi no necesita carta de presentación, la 9ª sinfonía de Antonín Dvořák es sin duda una de las más celebres e interpretadas sinfonías que ha dado la historia de la música (culta occidental). No puedo decir que esto sea una reconciliación, porque nunca ha habido enfado alguno, pero sí es cierto que escucharla ahora por puro placer es infinitamente más grato que concebirla como una tarea académica - hacerlo cuando hablamos de música siempre debería ser un error-, puesto que esta sinfonía me acompañó en mi último en el CSM Murcia, unos meses nada fáciles y que por ello no ayudaron a que disfrutase de su interpretación tanto como hubiese podido por la calidad de esta música y la gran oportunidad que supuso poder interpretarla y conocerla desde dentro de la orquesta, desde sus entrañas.

Manuscrito autógrafo de la "New World Symphony", fuente: wikipedia

¿Por qué Dvořák ahora? En realidad lo he encontrado buscando otra cosa, como suele ocurrir siempre con las ideas, que se cruzan en tu camino a otra parte. Estaba buscando vídeos de Mariss Jansons, un director al que admiro y que ha sido invitado por la Wiener Philharmoniker para su próximo concierto de año nuevo del 2016.

De acuerdo a lo que la wikipedia dice de esta obra, la sinfonía no. 9 en mi menor op. 95, también conocida como Sinfonía desde el Nuevo Mundo -en checo: Novosvětská, en inglés From the New World- o más popularmente Sinfonía del Nuevo Mundo, fue escrita y estrenada en 1893 durante la estancia de Antonín Dvořák en los Estados Unidos de Norteamérica. Esta fue debida a la invitación para dirigir el Conservatorio Nacional de música de América, que había fundado Jeanette Thurber en 1885 en la ciudad de New York. Su estreno fue el 16 de diciembre de 1893 en el Carnegie Hall y a cargo de la New York Philharmonic bajo la batuta de Anton Seidl.

Primera página del manustrito de la sinfonía del Nuevo Mundo.

La inspiración musical de esta sinfonía procede sin duda de la música de los nativos americanos y de la música religiosa de los afroamericanos. Sin embargo, a diferencia de otras célebres obras rapsódicas los temas son originales, y por ello estas influencias están entremezcladas con la esencia bohemia del autor. Quizá sea una de las claves de su éxito, la fusión entre elementos americanos del "Nuevo Mundo" con la tradición musical europea del, en contraposición, "Viejo Continente". Él mismo afirmó antes de su estreno:

"En realidad no he utilizado ninguna de las melodías de los nativos americanos. Simplemente he escrito temas originales que incorporan las peculiaridades de la música indígena y usando estos temas como sujetos, los he desarrollado con todos los recursos del ritmo, el contrapunto y el color orquestal modernos."

Lo ideal sería que hiciese un comentario pormenorizado de esta obra, pues lo merece, pero lindaría demasiado con el terreno del análisis musical, que ya dije que no era el propósito de estas publicaciones. Sería, además, demasiado extenso y no dispongo de tanto tiempo ni energía para dedicarme a hacer algo que en este caso con toda probabilidad habrá publicado ya alguien antes con más calidad de lo que pueda conseguir, así que dando un simple paseo por google podemos encontrar varios comentarios extensos que os animo a leer si queréis conocer mejor la obra para escucharla de manera más informada:


Como ya comenté que había llegado de nuevo a esta sinfonía buscando sobre Mariss Jansons, la versión que he escogido es precisamente la que hizo bajo su batuta la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera (BRSO). Os dejo también el link de IMSLP para descargaros la partitura completa.