sábado, 21 de abril de 2012

La calidad de la educación.


A raíz de la escucha de un interesante programa de RTVE en radio clásica , donde se hablaba de la importancia de la pedagogía musical en los centros de enseñanza superior y del debate constante que en España tenemos sobre la calidad de la educación, el otro día, mientras volvía de cortarme el pelo (donde, por cierto, salió el tema) venía pensando un poco sobre este tema.
Finlandia, como los envidiamos, ya desde hace tiempo.
Nos quejamos mucho de la calidad de la educación en España, nos vamos a fuera a estudiar o a completar estudios, porque aquí no nos forman suficientemente, y a raíz de eso, se genera una obligación indirecta de cursar másteres y complementos a nuestras carreras, pues, ante la gran competencia en el mercado laboral, nos encontraremos en una gran desventaja si no poseemos esos estudios.
Claro, si invertimos la mitad que Suecia o Finlandia... no podemos conseguir lo mismo.
Decimos que España está en la cola de Europa en educación, que tal o cual informe nos deja quedar fatal, que el abandono escolar es muy alto, que cada día escribimos o hablamos peor, que no sabemos inglés... no es mentira, pero tampoco deberíamos exagerar tanto las cosas. Para empezar tenemos la suerte (de momento) de haber llegado a conseguir una educación pública muy barata, en comparación con cualquiera de nuestros vecinos y con la calidad que se nos ofrece. Mantener nuestro sistema educativo es muy caro, y aunque no sobresalimos en la inversión que se realiza en él, no es ésta exclusivamente la causa de nuestros males.
Es cierto que si invirtiésemos más mejoraríamos, pues hay múltiples carencias que se podrían subsanar, mejoras en infraestructuras ya anticuadas, material escolar, investigación... e incluso podría servir como motivación, al sentir que el estado invierte en nosotros, que confía en nuestro potencial o nuestro trabajo (al revés de lo que a veces puede llegar a parecer).
Célebre campaña de la Región de Murcia agradeciendo el trabajo de sus maestros. Si me preguntáis mi opinión, visto lo visto, me parece un poco hipócrita en este caso... pero algo es algo.
Pero uno de los problemas importantes son los maestros. Sí, no me apedréeis aún, me explico. No me refiero a los maestros en general, sino a su imagen, a la función que les otorgamos, a su proceso de formación y selección... Claro que en España hay buenos profesores, pero a diferencia de otros países que sí nos ganan en Educación (Finlandia y otros), su papel en la sociedad no está suficientemente valorado.
Reconozcámoslo, en España el que no vale para algo, se dedica a enseñarselo a los demás. Y eso es un error tremendo. No puede ser que los alumnos estemos a veces en manos de las personas más inexpertas del sistema, el maestro tiene que ser el mejor de todos, no el peor. Como consecuencia de esto, por muchos y muy buenos profesores que tengamos, su papel es menospreciado, la sociedad pasa a entender que si estás dando clase es porque no valías para ejercer otra carrera. Otro error, nuestras facultades de educación y pedagogía deberían tener filtros tan duros como medicina, pues la gente que de ahí sale se encargarán de la educación de las mentes más vulnerables de todas. En lugar de eso, todos sabemos lo poco que se valoran esos estudios dentro del ámbito universitario.
No podemos seguir tratando a la docencia como una salida mediocre. No podemos seguir fingiendo que todos podríamos dar clase, que todos llevamos un perfecto pedagogo dentro. La labor del maestro es muy importante, insustituíble, yo creo que son la clave para solucionar los problemas educativos.
Tenemos que entender esto, es sencillo, pero a veces cuesta: no todo el mundo vale para ser docente. A veces da la sensación de que es al revés, estudias una carrera no-técnica y la premisa es que no todo el mundo vale para ejercerla, el resto, a opositar en la enseñanza. 
Yo creo que cuando entendamos esto, podremos hablar de excelencia y todas esas palabras grandielocuentes que usan los políticos para prometer lo que no pueden conseguir, sobre todo con las medidas anti-educativas que toman y con su poco compromiso con la educación y la cultura como derecho fundamental.
Puede haber a quien no le interese, pero tenemos derecho constitucional a la educación y a la cultura, que no nos engañen.

miércoles, 18 de abril de 2012

Los niños deben socializarse.

Después de enterarnos de cómo sugiere el ministerio de educación que se cristalicen los "ajustes o reformas" del gobierno para ahorrarle al estado unos 10.000 millones de euros, hemos escuchado la defensa que de esas medidas ha hecho el ministro de educación, nuestro ya querido amigo el señor Wert.
Nuestro queridísimo ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert
Nunca hemos sacado demasiado pecho de la situación de la educación en España, más bien lo contrario. Llevamos años cambiando de leyes educativas, y quejándonos de diversas situaciones que nos afectaban. Sin embargo, creo que nunca una misma persona nos había dado tanto de lo que hablar en tan poco tiempo, en lo que a este campo se refiere. Desde su llegada a la cartera ministerial hace ya casi 4 meses de manera periódica, el señor Wert nos ha venido dando algún que otro disgusto o anécdota.
Nos dice que, su medida de subir la ratio de alumnos por grupo, es para mejorar la enseñanza, que los niños necesitan estar con más niños. Vamos, que 25 niños no son suficientes, y si ya había problemas (porque los había, que él mismo se quejaba de que estamos a la cola...) ahora ya con 40 va a estar todo mucho mejor, porque en vez de atender en clase, los niños se socializarán más.
Xesús Vázquez, el famoso superconselleiro de Educación y Cultura de la Xunta de Galicia visita el mupega, estará cogiendo ideas para su colega Wert.
Y claro, tampoco son medidas destinadas a despedir personal (para ahorrar gastos, que es lo que sí pretenden, aunque ahora digan que es en beneficio de la eficacia del sistema educativo), no se despedirá a nadie, simplemente a partir de julio no se les renovará el contrato que ahora tienen.
La verdad es que el señor Wert podía haber sido algo más imaginativo y calcular también el gasto en calefacción que se ahorrará (si es que la llega a haber el curso que viene, no sería el primer caso gestionado por su partido, ni el segundo...) al tener a más niños por aula, más juntos, calor corporal más el propio vaho pueden calentar un aula, 25 son pocos pero si ponemos a 40 algo subirá la temperatura. Y si no, el frío hace que se espabilen las mentes, eso sumado con la socialización antes mencionada... ya no hará falta hacer inversiones en I+D+i ni nada de eso, nos saldrán los premios nobel como churros (o como medallas deportivas, orejas taurinas, procesiones... para eso sí hay dinero).
El gobierno mantiene las subvenciones a festejos taurinos y otros eventos (véase el caso del festival SOS 4.8 en Murcia) mientras dejamos que quiebren nuestras orquestas, que nuestras bibliotecas no reciban ayudas para mantener sus servicios, que nuestros auditorios no tengan programación, se privaticen o que incluso ni tengan escenario (como en Ferrol)... ¿Qué dicen de esto aquellos que sólo se acuerdan de la "cultura española" para usarla como arma arrojadiza con fines políticos? Sabíamos que la cultura no es algo relevante para los políticos, muchos dicen ahora que no es prioritaria, que es un lujo. En tiempos de crisis, toca ser incultos, porque la cultura no es un negocio rentable, ni la educación, ni la investigación. Eso dicen, aunque con otras palabras (a veces, porque hay por ahí alguno que se asincera de vez en cuando). No saben lo equivocados que están.
Pero ojo, que no es una equivocación casual, para nada. Un país más culto es un país más crítico con sus políticos. Ciudadanos que piensen, ese es el problema.
Lo ciudadanos están mejor socializándose: en la iglesia, en la plaza de toros, o en el estadio... panis et circensis.
Pan y Toros. Goya.