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viernes, 7 de marzo de 2014

Que todo cambie para que todo siga igual


Como suele ocurrir en estos casos, el miércoles nos fuimos enterando poco a poco y por sorpresa de que el BOE había publicado un Real Decreto (96/2014) poniendo orden de manera oficial en la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales y otros estudios superiores (legalmente discriminados, equivalentes mas no iguales) estableciendo los distintos escalones en los que se dividen las titulaciones (Técnico Superior, Grado, Máster y Doctor).

El ministerio de Educación ha tenido a bien aclarar que cuando afirma que el Título Superior de Música es equivalente a todos los efectos a un grado quiere decir precisamente eso, que no tiene ninguna intención de atender a las peticiones de alumnos y profesores para integrarse en el sistema universitario. Las peras con las peras y las manzanas con las manzanas (citando a una célebre esposa, alcaldesa y políglota). Que corra el aire.

Alguien metió la pata hasta el fondo cuando creyó que se ahorraría complicaciones dando titulación de Grado a todas las carreras de ese nivel, estuviesen o no en centros universitarios. Este es el caso, por ejemplo, de las Enseñanzas Artísticas Superiores: música, danza, arte dramático, diseño..., que en una excepción sin semejanza en otros países civilizados, se hallan fuera del sistema universitario, y sus centros deambulan en un limbo administrativo de cuerpos de profesores y direcciones generales entre lo universitario, la formación de adultos y la enseñanza secundaria. Ocurre lo mismo con otros aspectos como las becas u otras condiciones relativas a derechos de los alumnos.

Y resultó que no nos ahorramos complicaciones, la universidad de Granada vio venir que cualquier escuela superior de diseño iba a dar a sus alumnos un grado, y se plantó en los tribunales a defender SUS títulos universitarios. Y el Supremo les dio la razón, desde ese momento había dos opciones que se han barajado hasta hace muy poco: o volvemos hacia atrás a la titulación "equivalente" o damos un paso y nos integramos en la universidad.

A pesar de todo el entusiasmo puesto sobre la mesa, el cambio ha sido hacia atrás. Aunque alguna administración e incluso algún medio de comunicación (que parece haber leído mal el BOE) digan lo contrario, aquí hemos cambiado para seguir igual. En ese decreto no dice otra cosa que lo que siempre ha sido nuestro título superior, un título equivalente al que emiten las universidades, pero sin ser universitario ni poder denominársele grado. 

No deja ser útil el símil de las peras y las manzanas, la actitud de los legisladores en ese asunto no deja de ser la misma que la que defiende esta postura: no es que no te quiera dar lo mismo, pero el nombre es sagrado y está reservado para ...(la universidad), te podemos dar algo igual pero con otro nombre.

Que no nos engañen, diga lo que diga la propaganda, seguimos igual.

martes, 14 de enero de 2014

Veto al estudio, el mes de la vergüenza en el CSM Murcia.

Al cumplirse la cuarta semana, el veto expiró. Desde la tarde de ayer, previa publicación de un reglamento más severo - que se podía haber aplicado desde el primer día, pues no son más que unas normas básicas que debieran ser de sentido común - los alumnos del Conservatorio Superior de Música de Murcia ya podemos volver a hacer uso de las aulas vacías del centro -previa asignación- para estudio y ensayos de los grupos de Música de Cámara. Esto fue prohibido el día 16 de diciembre, justo antes de las audiciones de cámara y del final del trimestre.

Como agravante, cabe destacar que a pesar de que el curso comenzó el 23 de septiembre, no fue hasta finales de noviembre que se adjudicaron las franjas de ensayo para los grupos de cámara. Se puede dar el caso de que haya grupos que apenas hayan usado una, dos, o incluso ninguna vez las aulas para ensayar. Y esto es más cruel si tenemos en cuenta el estado de las cabinas de estudio y el enfrentamiento con el Conservatorio Profesional que nos impide usar sus instalaciones, pero eso es harina de otro costal. 

Vaya por delante que ni he tenido, ni espero tener, ningún tipo de antipatía personal con los miembros de la directiva del centro, a quienes tengo que reconocer el buen trato que les caracteriza y que en general nos ayudan en todo lo que está en su mano, aunque generalmente estén muy limitados en los márgenes de maniobra y poco más pueden hacer que recibirnos con buenas palabras.

No voy a entrar a valorar la causa del problema, han sido hechos suficientemente graves - que sumados a otra infinidad de hechos más leves - que desde luego pedían que se tomasen algún tipo de medidas, y no pretendo de ninguna manera justificarlos. Pero el fin no justifica los medios.

Las formas, este conservatorio ha perdido las formas. Y lo peor de todo es que lo hemos consentido sin rechistar. No es de recibo que paguemos justos por pecadores, ni recibir una semana antes de tu audición de música de cámara un E-Mail de tu profesor avisándote de que queda prohibido el uso de las aulas para ensayo sin más explicación. Ni es de recibo que pase un mes y sigamos sin ninguna explicación, sin motivos ni razones oficiales. 

La inmensa mayoría de los alumnos del centro no hemos incurrido en ninguna de las supuestas faltas -porque no hay versión oficial- que se nos atribuyen y por las cuales "se nos ha castigado" (sic): no tenemos acceso a los pianos del salón de actos para que los podamos rayar al moverlos, ni nos llevamos atriles -a veces hasta tenemos que traerlos de nuestras casas ante la escasez de los mismos-, ni robamos nada, ni dejamos el aire acondicionado encendido -ya que ni siquiera podemos encenderlo-, ni dejamos las luces encendidas -las pocas que quedan, que a veces hasta circulamos por los pasillos en plena oscuridad-, tampoco dejamos marcas de tabaco o café en los pianos -porque tampoco podemos ir a clase con el café o fumando-...

Y aún tendremos que dar las gracias por "levantar el castigo", repito, sin ningún tipo de explicación. El daño está hecho, los ensayos y las horas de estudio no son recuperables, no podemos volver hacia atrás en el tiempo. Pero tendremos que agachar la cabeza y dar las gracias porque los amos y señores del Massotti Littel nos permiten a la plebe campar por sus dominios y... ¡qué barbaridad, usar sus aulas! Quién lo hubiera pensado, usar las aulas vacías de un conservatorio para estudiar música y para ensayar, vaya ideas tenemos. 

La jugada, hay que reconocerlo, ha sido maestra. Nos ha dejado en estado de shock, acostumbrados a la inacción, simplemente no supimos cómo reaccionar. Y cuando nos quisimos dar cuenta, esperando no sé si una rectificación o un milagro, se nos echaron encima las vacaciones de Navidad. Pero tampoco en esta primera semana del año hemos sabido qué hacer, entre el regreso, el síndrome post-vacacional, el estrés que precede a los exámenes... nos hemos quedado una semana esperando a ver si las muy merecidas toneladas de carbón que tienen que haber depositado los Reyes Magos en algunos despachos del conservatorio hacían recapacitar a sus señorías.

Y se empezaron a escuchar rumores, de nuevo. Una constante en todo este conflicto, aunque denominarlo así es mucho decir, pues aquí sólo ha movido ficha una parte, los demás nos hemos sometido totalmente, poco más que un leve pataleo. Esta reacción me desanima, pues en lugar de haberse plantado el primer día defendiendo nuestro derecho a estudiar y a usar las instalaciones del centro para lo que fueron concebidas, decidimos amoldarnos a la situación como hacemos con las deficiencias del centro que sufrimos en silencio a diario, la gota no colmó el vaso. 

Precisamente este vaso que nunca colma es lo que más me preocupa, hoy es un capricho pasajero de la directiva (¿o de algún directivo en concreto?), pero ha pasado igual que con la pasividad con la que no hemos sido capaces de reclamar nuestro estatus de Grado Universitario y aún peor, mañana puede ocurrir cualquier cosa mucho más grave y no puedo confiar en que sepamos reaccionar de alguna forma. ¿Será que debo pensar como la mayoría, que si todo sale bien solo quedan unos meses para acabar y poder huír lo más lejos posible? Y por supuesto, por vergüenza, nunca contarle nada de esto a nadie, como hacemos con todo.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Esquirol

Qué contento se pondría el señor José Ignacio Wert si mañana los medios de comuniación decidiesen ilustrar la huelga general educativa dándose un paseo por el Conservatorio Superior de Música "Manuel Massotti Littel" de Murcia, pues su seguimiento, a juzgar por el poco interés que se muestra en el ambiente, es posible que sea escaso. La huelga no se ha colado en las conversaciones habituales de pasillo, cantina o entrada, como sería de esperar en las vísperas de una jornada de estas características. Y la verdad, yo mañana iré a las dos clases que habitualmente tengo los jueves por las mañanas.

Pero que no se engañe nadie, y que tampoco se le ocurra al ministro venir a visitarnos, porque no tendría buen recibimiento. No es que estemos de acuerdo con la política del señor Wert, con la LOMCE, con la negativa a otorgarnos un grado e integrarnos en el sistema universitario, la política de becas... y tantos otros asuntos; no, en este centro tenemos razones más que fundadas para seguir la huelga de manera masiva y también para protestarle a la Consejería de Educación de la Región de Murcia por otras tantas responsabilidades suyas, que justificarían incluso una huelga indefinida -financiación y  mantenimiento del centro, retrasos normativos...

Pero ocurre que las enseñanzas artísticas (al igual que otras materias como las humanidades: filosofía, historia, geografía, lenguas clásicas...) al final no le importan a casi nadie. Importamos tan poco que la LOMCE nos aparta del medio y la gente sólo protesta por el estatus de la asignatura de religión, o por las horas que se dan en tal o cual lengua. El arte no vende, se dice que no es rentable, y tampoco da tanto morbo como para sacarlo en los medios, salvo en casos anecdóticos. 

Y se produce un curioso efecto, como la sociedad española nos ignora -porque en el resto de Europa y del mundo civilizado no ocurre así-, pues nosotros los ignoramos a ellos. Nos encerramos en nuestro mundo y nos volvemos egoístas: tú a lo tuyo, a estudiar y luego a emigrar. Así se explica que un músico no se le pase por la cabeza sacrificar sus clases por cualquier tipo de causa, en el fondo no serviría de nada, a nadie le importaría, salvo al propio músico. Si un obrero no va a trabajar la fábrica se resiente, pero si el conservatorio no funciona corremos el riesgo de que nos lo cierren, y tampoco le importaría a nadie.

Por la boca pequeña nos quejamos de todo, en petit comité, o en las redes sociales -mea culpa-, pero luego somos un colectivo que no merece ser llamado así, si acaso un grupo de personas, porque cada uno va a su aire. Y puede que ahí resida la diferencia, no somos capaces de ponernos de acuerdo ni para quejarnos, y mientras tanto seguimos sufriendo individualmente la dejadez administrativa, los recortes, los cambios normativos, la severa falta de mantenimiento de nuestro centro -de la que no damos demasiada cuenta fuera porque no nos gusta echar piedras sobre nuestro tejado, así de orgullosos somos- y otros problemas menores que van engordando la ya inmensa bola de diferencias que sólo apreciamos cuando despegamos -literalmente- a otros centros u otros países y comparamos.

Mañana seré un esquirol, arrepentido pero esquirol, por todo esto, porque el hecho de que falte aisladamente a clase no arreglará nada. Pero aunque no tenga derecho, porque el que calla otorga, no quiero que me incluyan en ningún tipo de mayoría silenciosa. No voy a clase porque esté de acuerdo con nada, ni en desacuerdo con los convocantes, sino porque formo parte de un grupo de esquiroles que parece no importale a nadie y que hace honor al dicho: Divide y vencerás.

jueves, 9 de mayo de 2013

Concierto de fin de curso de la Banda Sinfónica del Conservatorio Superior de música de Murcia


Banda Sinfónica del Conservatorio Superior de música de Murcia
Prof. D. Juan Miguel Romero Llopis, director.

PROGRAMA

  • Akashâ (2013) - Manuel Toledo López (1986 - )
  •  Dionysiaques (1913) - Florent Schmitt (1870 - 1958)
  • L'Oiseau de feu / Жар-птица, Suite (1919) - Igor Stravinsky (1882 - 1971)
    • Introducción
    • El pájaro de fuego y su danza.
    • Variación del pájaro de fuego.
    • Ronda de las princesas.
    • Danza infernal del Rey Kastcheï.
    • Canción de cuna.
    • Final.

Lunes, 27 de mayo de 2013
19:00 horas
Auditorio "José Agüera"
Conservatorio Superior de música "Manuel Massotti Littel" de Murcia

lunes, 18 de marzo de 2013

Audiciones de Primavera de la Clase de clarinete del CSM Murcia



Auditorio "José Agüera" del CSM Murcia
Como todos los años, los alumnos del aula de clarinete del Conservatorio Superior de Música "Manuel Massotti Littel" de Murcia ofreceremos un ciclo de audiciones orientado fundamentalmente -aunque con alguna excepción- a la música para clarinete y piano, fundamentalmente al amplio repertorio de sonatas. Es el tercero de los ciclos temáticos, tras las audiciones de conciertos en diciembre, y las de clarinete solo de enero.

En esta ocasión las audiciones serán el lunes 18, miércoles 20 y viernes 22 de marzo de 2013. Con los siguientes programas:

- Lunes 18: obras de Weber, Debussy, Arnold, Poulenc, Brahms, Messager, Yuste y Bernstein. 11 h. en el Auditorio "José Agüera" del CSM Murcia

- Miércoles 20: obras de Weber, Stravinsky, Bürgmuller, Brahms, Szalowsky, Hindemith, Horovitz y Bernstein.  12:15 h. en el Auditorio "José Agüera" del CSM Murcia.

- Viernes 22: obras de Bax, Chausson y Alwyn. 10 h. en el Auditorio "José Agüera" del CSM Murcia

En el caso de las dos primeras, los alumnos seremos acompañados por el profesor repertorista José García Campoy, y en la del viernes será el profesor Víctor Rodríguez García. 

En mi caso particular, mi turno es en la audición del Miércoles 20 a las 12:15, abriendo la audición con el siguiente programa:
- Carl María von Weber: Concierto para clarinete no. 2 Op. 74 en Mi bemol Mayor (I. Allegro)
- Igor Stravinsky: Tres piezas para clarinete solo 

sábado, 9 de marzo de 2013

Conciertos de la Banda Sinfónica del Conservatorio Superior de Música de Murcia

Banda Sinfónica del CSMM durante un "Concierto en familia" en el Auditorio Regional Víctor Villegas

Banda Sinfónica del Conservatorio Superior de Música "Manuel Massotti Littel" de Murcia
Director: Prof. D. Juan Miguel Romero Llopis


Martes, 12 de marzo de 2013 - 19:00 h

Salón de actos "José Agüera" del Conservatorio Superior

Murcia - Paseo del Malecón


Jueves, 14 de marzo de 2013 - 20:00 h (Fundación Galindo)

Auditorio Municipal

Calasparra - Calle Huerto, s/n



PROGRAMA

R. Talens: Obertura rítmica

C. T. Smith: Fantasy for Alto Sax
Solista: Marcos José Atencia Arenas

B. Picqueur: Symphony no. 0 for Wind Orchestra

Fuente: www.csmmurcia.com

miércoles, 20 de junio de 2012

¿AnáliSIs o análiNOs?


Desde hace varias semanas circula un jugoso rumor. No es nada nuevo, nuestro plan de estudios se basa en la pura especulación, dado que su desarrollo se está haciendo año a año, en lugar de haber hecho un planteamiento global como el resto de comunidades autónomas. Por lo que no es ninguna novedad escuchar comentarios entre profesorado y alumnado intentando clarificar un poco la situación en relación con los siguientes cursos. Algunos ejemplos:
  • ¿Cuántos cursos de Informática aplicada están previstos? Se entiende desde el profesorado que 2, debido que al primero que se ha implantado este año en 2º LOE se le ha llamado "Informática aplicada I", es lógico pensar que le seguirá como mínimo una "Informática aplicada II", vamos, sería lo esperado, pero sin saber nada sobre el plan de estudios para 3º LOE cualquier cosa es posible.
  • Piano complementario/2º instrumento. Nuestro primer año aquí recibimos la noticia de que se había eliminado esta materia del currículum de Grado en Música. Al final creo que solo se ha eliminado para nuestra promoción, porque al año siguiente, ¡sorpresa!, nuestros compañeros de 1º sí tienen esos créditos en forma de clase de 2º instrumento, porque ya habían aprovechado el año anterior para echar a la calle a los profesores de piano complementario (por no tener alumnos, qué ironía). En su lugar, parece que hemos tenido un Repertorio Orquestal que nuestros compañeros aún no disfrutan, y que tampoco está claro si tendrán el curso que viene, o si mantendrán el 2º instrumento... o las dos cosas, lo cual nos dejaría con la duda de qué pasa con el 2º instrumento que no hemos tenido... ¿A dónde han ido esos créditos?
  • Contrapunto. Es una materia que ha formado parte del plan de estudios LOGSE y que en un principio se mantenía, compartiendo espacio con Armonía, con diversas fórmulas según los conservatorios. En Murcia la opción elegida fue repartir esos créditos en 3 cursos, haciendo un curso y medio de cada. Pero al no aplicar correctamente la estructura en cuatrimestres el sistema no cuajó, y finalmente, el contrapunto se ha quedado fuera de nuestro plan de estudios, cursando dos años de armonía. Con los consiguientes despidos en profesorado del departamento de composición. Pero este tema es más delicado de lo que parece, a la mayoría de especialidades no les afecta directamente, excepto a los alumnos de musicología, pedagogía y dirección, que se tendrán que enfrentar en 4º a la asignatura de Fuga, con su examen de 11 horas, del que todos hemos oído hablar alguna vez, y que tendrán que afrontar sin apenas conocimientos previos de contrapunto... vaya fallo. Por cierto, la consejería tampoco quiso contratar a un profesor especialista en fuga, o eso se rumoreó a principio de curso, desconozco si se ha solucionado eso.
Pero el asunto que nos ocupa tiene una poca más de transcendencia de la que puede parecer. Es cierto que las tres materias anteriores no son un conocimiento sin valor, pero su peso y utilidad no se puede comparar a la de la última ocurrencia en modificaciones de planes de estudio: eliminar el análisis III.
En Murcia, la asignatura de análisis se imparte de manera anual (como todas las asignaturas, aún no conozco ninguna que sea cuatrimestral), en 3 años, por lo menos hasta ahora.
En el primer curso se aborda la música desde el canto gregoriano hasta el contrapunto de Bach.
El Rondó del Concierto KV.622 de Mozart para Clarinete ha sido objeto del exámen de Análisis II.
En el segundo curso, abordamos un preclasicismo que algunos piensan que podría haber sido dado en 1º para aligerar materia, el clasicismo, la forma sonata, el lied... y hasta ahí nada nuevo, es una materia que hemos dado por activa y pasiva durante años... pero por fin llegamos al romanticismo, al que dedicamos la segunda mitad del curso. 4 meses escasos para comprender un alto porcentaje de la música que tocamos, que presenta unas características mucho más complejas que el contrapunto o la música clásica.
El análisis de música contemporánea forma parte fundamental de la formación que otros conservatorios imparten.
Y por último, en el tercer curso, el siglo XX, que abarca autores tan dispares como Debussy, Schoenberg... una música cada vez más tocada y para la que tenemos que reconocer que no estamos preparados desde el punto de visa teórico para abordar. Desde el punto de vista de la especialidad de interpretación puede parecer que para tocar no hace falta saber análisis... pero, ¿De verdad podemos transmitir el sentido completo de una obra solo conociendo sus notas, su tempo y sus matices? ¿En qué nos basaremos para frasear, o es que la música contemporánea la tenemos que tocar como un ordenador? Permitidme que cite las palabras de un sabio maestro: 
"La armonía y el análisis, claro que no son necesarias para interpretar, son herramientas. Si no las tienes, tendrás que buscar a alguien que las tenga y te ayude, pero tener herramientas te da autonomía. Es como quien no tiene un martillo, ¿lo necesitas? claro que no, pero si se te estropea algo, tendrás que llamar a alguien que lo tenga para que te ayude. En la vida del músico esto equivale a cuando necesitamos acudir a otras personas para que nos enseñen a entender la música que nosotros solos no somos capaces de descifrar. Por falta de herramientas"
Los conocimientos en historia, análisis, armonía, contrapunto y otras materias que se han perdido en el camino no son un mero relleno en el plan de estudios, como tampoco lo son la música de cámara, la orquesta, que antes no existían. Todo cumple su función, y debe ser formar de la mejor manera a músicos completos y autónomos, no dejemos que nos quiten ese derecho.
Es cierto que no es necesario tener estos conocimientos para ser un buen intérprete. Que muchos de los grandes solistas no los tienen, se han formado en sus instrumentos en las clases de los mejores profesores, probablemente sin perder el tiempo con ejercicios de armonía, o analizando fugas que nunca tocarán. Muchos no han tenido que estar encerrados 3 horas todas las semanas en clase de banda, alguno puede que ni haya tenido clase de música de cámara. Han estudiado y han estado bajo la supervisión de su maestro, y han aprendido muchas de estas cosas con su propia experiencia, en las mejores orquestas o tocando obras maestras con los mejores grupos de cámara. Muchos de los no pianistas no saben tocar el piano. Y han triunfado sin que esto les haya supuesto el más mínimo problema. Pero no van por ahí los tiros.
Reconozcamos ya de una vez que un conservatorio superior español no es una escuela de alto rendimiento instrumental. Los datos nos predicen que un alto porcentaje de los titulados puede que acabe, con mucha suerte, en un instituto de educación secundaria, o en un conservatorio si tienen más suerte... carne de oposiciones. Un porcentaje relevante tendrá opciones a desarrollarse como intérprete en alguna orquesta, a base de esfuerzo, formación y muchas pruebas. Y un porcentaje mínimo, los que consiguen desarrollarse como intérpretes de altísimo nivel, por desgracia son excepciones, aunque por fortuna no son tan raras.
Visto que nuestros conservatorios no pueden garantizarnos una excelencia interpretativa, creo que lo mínimo que les podemos exigir es una buena formación en todos los ámbitos que nos puedan ser útiles para nuestra vida tras el conservatorio. Recordemos que nadie nos obliga a acudir al conservatorio para ser un buen intérprete, así que vaciar de contenido nuestra "licenciatura" no contribuye a que el resto de la comunidad educativa y universitaria nos tome en serio, ni a mejorar nuestra educación musical. Simplemente nuestro título será más barato para el estado pero igual de caro y menos útil para nosotros. Yo pienso que es una estafa.

sábado, 26 de mayo de 2012

Concierto de Fin de Curso. Banda Sinfónica del Conservatorio Superior de Música de Murcia


 Miércoles 30 de Mayo de 2012
19:30 horas
Auditorio "José Agüera" - CSM "Manuel Massotti Littel" de Murcia

Prueba acústica en el Auditorio Regional "Víctor Villegas" de Murcia (Febrero, 2012)


Banda Sinfónica del Conservatorio Superior de Música de Murcia

La Banda del Conservatorio Superior de Música de Murcia surge en 2001, con la implantación del plan de estudios de grado superior derivado de la LOGSE. Su objetivo principal es profundizar en el conocimiento de los diferentes estilos dentro del repertorio bandístico y contribuir a que los estudiantes desarrollen capacidades tales como elaborar criterios personales y razonados sobre cuestiones estéticas, a través del trabajo con el director y de la experiencia adquirida en la propia Banda, para cumplir mejor con sus responsabilidades como intérpretes dentro del grupo. Consideramos que esta tarea mejorará su futuro
ejercicio profesional.
Desde su creación, la Banda Sinfónica se ha situado como una de las agrupaciones más emblemáticas y representativas del Conservatorio Superior y ha realizado distintas actuaciones fuera del centro. Entre éstas, la clausura del encuentro nacional con motivo de la “Semana Comenius” celebrado en Murcia en 2003, o el concierto en el Conservatorio Superior de Música “Rafael Orozco” de Cordoba en 2008.
En 2007 la Banda consiguió una Mención de Honor en la modalidad de Orquesta-Banda del Concurso Nacional “Acordes” de Caja Madrid. En este mismo certamen obtuvo el Primer Premio en la edición de 2008.
La Banda ha sido dirigida por los profesores Alejandro Castañeda. Gabriel García, Ángel Quereda y, en la actualidad, Juan Miguel Romero Llopis.


Programa

Hector Berlioz
(1803-1869)

Symphonie Fantastique, op. 14
(arreglo para Banda de Christian Janssen)

1. Rêveries, passions
2. Un ball
3. Scene aux champs
4. Marche au supplice
5. Songe d’une nuit du Sabbat

Podéis ver el programa original AQUÍ (fuente: www.csmmurcia.com)

miércoles, 22 de febrero de 2012

Concierto de la Banda Sinfónica del Conservatorio en el Auditorio "Víctor Villegas" de Murcia

Domingo, 26 de febrero de 2012 - 12:00 h

Tras el exitoso concierto ofrecido por la Orquesta Sinfónica y Coro del Conservatorio el pasado 15 de febrero, llega el turno de nuestra tercera gran agrupación.
La Banda Sinfónica del Conservatorio, dirigida por el profesor Juan Miguel Romero Llopis, ofrecerá el "Concierto en familia" del próximo 26 de febrero en el Auditorio "Víctor Villegas" de Murcia.
"Conciertos en familia" es un proyecto didáctico puesto en marcha hace varios años por la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, con el objetivo de presentar a niños y jóvenes, en un ambiente cordial, obras destacadas del repertorio musical de todas las épocas.
La sesión que ofrecerá nuestra Banda lleva por título "Un concierto de cine" y su programa estará integrado por bandas sonoras de algunas de las películas más populares del mundo del celuloide: "Harry Potter", "Hollywood Milestones", "La pantera rosa", etc. El concierto contará con la colaboración del narrador Moisés Évora.
Podéis conseguir entradas en la taquilla del Auditorio (Avda. Primero de Mayo, Murcia) o llamando al teléfono 968 343 080.
Fuente: Conservatorio Superior de música de Murcia.


UN CONCIERTO DE CINE

Música: Varios autores
Banda del Conservatorio Superior de Música de Murcia
Moisés Évora, narrador
Juan Miguel Romero Llopis, director musical

Lo que comienza como un concierto didáctico se convierte de buenas a primeras en una divertida clase de magia. En ella se efectúan curiosas comparaciones entre el rito de un concierto y unas sencillas nociones básicas para convertirse en el mejor aspirante a mago. De la mano del narrador y especialista en conciertos didácticos Moisés Évora y con la participación de la Banda del Conservatorio de Murcia y del maestro Juan Miguel Romero Llopis, buscaremos un medio de transporte adecuado para viajar hasta Hollywood, fábrica de la ilusión y la magia por antonomasia. Y así, sin movernos del Auditorio, pero dejando volar nuestra imaginación, efectuaremos un viaje de ida y vuelta por algunas de las películas más famosas del Universo del celuloide: “Harry Potter”, “Hollywood Milestones”, “La Pantera Rosa”, etc. Además, los niños del público jugarán un papel muy importante en este viaje tan cinematográfico… ¿Quién sabe si alguno, por arte de magia, se convierte en director de Banda?
 

domingo, 12 de febrero de 2012

¿Y todo esto para qué?


La pregunta es casi obligada. Hace escasos días, el tribunal supremo ha tirado por la borda la que, por su duración, ha sido una mera ilusión, una broma pesada, la idea de que los músicos podíamos obtener una titulación universitaria de igual nombre y rango que el resto, tal y como ocurre en gran parte de los países del mundo.

El plan bolonia y la Ley Orgánica de la Eduación (LOE) nos ofrecían el sueño de unas titulaciones estándar para el conjunto de la UE, el llamado Espacio Europeo de Educación Superior. Era una oportunidad única de arreglar todo lo que no había funcionado bien en los planes anteriores (66, y LOGSE), y de dejar a las futuras generaciones de estudiantes-músicos un buen plan de estudios que los formase mejor. Hay que decir que por lo general, este es el espíritu de cualquier reforma en los planes de estudio, hasta aquí todo normal.

Pero, en las enseñanzas artísticas no hay nada normal, la propia denominación lo dice: Enseñanzas de régimen especial. Y lo que ocurrió fue que las cosas se hicieron tarde, y mal, para variar. Mientras el plan bolonia se empezaba a aplicar en algunas facultades, que habían diseñado sus nuevos Grados, y el resto estaban hasta las cejas de trabajo en la elaboración de sus nuevos planes de estudio, en los conservatorios todavía no sabíamos la que se nos venía encima. Porque la universidad y el resto de enseñanzas superiores nunca han ido demasiado de la mano.

Los primeros en fallar, los políticos, sin duda. Esto no creo que sorprenda a nadie. El decreto para la aplicación del plan bolonia en las enseñanzas artísticas se aprobó deprisa y corriendo, un decreto de mínimos, instando a otros a desarrollarlo. Pero en el estado de las mil administraciones casi nadie reparó en ese decreto desde octubre de 2009 hasta mediados de 2010 (prácticamente en fin de curso), cuando las autonomías  tomaron cartas en el asunto, instando a sus conservatorios a implantar los grados en música al curso siguiente (tan solo unos meses más tarde). El resultado, un caos.

El primer regalo del nuevo plan bolonia fue el caos en las pruebas de acceso. En medio del caos, y a pocas semanas de la realización de las mismas, las consejerías de educación y los conservatorios tuvieron que decidir si hacían las pruebas de acceso según el modelo LOGSE o LOE (el proceso por el nuevo plan incluye novedades, como una prueba auditiva). Como resultado tuvimos pruebas aplazadas a una fecha por determinar en julio o en septiembre (Galicia y Madrid por ejemplo, casos que he vivido en primera persona) y otras muchas que se realizaron por el sistema anterior en su fecha prevista. 
Manuscrito de Beethoven.
Luego, nuestros profesores tuvieron que pasar un verano reordenando nuestro viejo grado superior, haciendo cálculos de créditos ECTS hasta encajarlo todo y dejar más o menos planificado un currículo de 4 años bajo la promesa de un Grado en Música. Digo más o menos, porque en algunos casos no está claro que haya un plan completamente detallado, a juzgar por lo poco que se publica sobre él, y los cambios que se realizan año a año. Da una horrible sensación de improvisación constante.

No es la primera vez que, medio en serio o medio en broma, se comenta la posibilidad de que cuando acabemos, nos podamos llevar una desagradable sorpresa, resultado de esta falta de planificación (créditos o materias de menos, o que no se reconozcan) y nos podamos ver perjudicados de alguna manera. Si a alguna autoridad educativa, en un arrebato de inspiración, le da por revisar los planes de estudios de todos los conservatorios, y ve las diferencias que hay... nuestro plan de estudios, en concreto, no está aprobado por nadie, el día de mañana acabaremos y alguien le dará el visto bueno. Pero... ¿Y si no lo hace? No es algo probable.. ¡Pero no es imposible! Estudiamos sobre una inseguridad y una desprotección jurídica bastante importante.

El año pasado había un curso de armonía y medio, este año ya son dos. El año pasado había otro tanto de contrapunto, este año ya ha desaparecido todo. La informática que este año se hace en 2º, el año que viene estará en 1º. El segundo instrumento que hay en 1º ha aparecido este año por arte de magia, pues el año pasado nadie sabía de él, y en cambio había un repertorio orquestal, que estamos dando por duplicado, pues ahora está en 2º.

Los centros no han recibido apoyo de las instituciones, se ha hecho un enorme esfuerzo extra, por intentar adecuarse en tiempo récord y nadie ha supervisado nada. Han tirado la piedra, y han escondido la mano. Y luego han recortado la piedra tambien, porque estamos en crisis, y claro, si hay que prescindir de algo, la educación es la primera en pagar. No contentos con todo, se han recortado partidas a los conservatorios, se ha reducido el número de profesores, e incluso algún centro ha tardado tanto en cobrar el dinero, que no se ha podido encender la calefacción ni pagar el teléfono por falta de liquidez. Porque señores, de la administración pública ya no se fía nadie, pero esa es otra historia.
Tribunal Supremo. Madrid
Dos años despues de todos estos sacrificios, resulta que el tribunal supremo le da la razón a la universidad de Granada. No podemos tener un título universitario, porque no vamos a la universidad. Cristalino y transparente, agua. Entonces...¿Cómo no se ha dado cuenta nadie antes? ¿De verdad nadie pensó que esto podía pasar? ¿Ninguna persona en el ministerio de educación pensó que una universidad podía reclamar, y que tendrían razón? ¿De verdad fueron tan ingenuos que pensaron que nadie se daría cuenta, que podían meternos en el saco con todos y nadie diría nada? ¿Que podían crear títulos de la nada, sin reformar el sistema?
 
Por lo que se ve, así fue. La solución fácil era poner en el decreto que los conservatorios podían actuar como universidades, y que con eso sólo ya llegaba. Luego cada conservatorio se busca la vida para adecuar los créditos... y listo, graduados en música. El resultado es una adaptación del anterior Grado Superior, con algunos cambios, que pasa a convertirse por arte de magia en un Grado que además es válido en el famoso EEES (Espacio Europeo de Eduación Superior), todo un logro, vistas las circunstancias.

La sentencia mata las aspiraciones de un grado en EEAA en nuestros conservatorios.

Ahora empieza un período de incertidumbre, hasta que alguien en el ministerio mueva ficha y decidan algo. La solución más probable es la de que nos adjudiquen un Título Superior equivalente, vamos el mismo parche de toda la vida. Pero a la vez esta sentencia abre la puerta a que las universidades muevan ficha definitivamente en favor de la música (aunque teniendo en cuenta lo volcadas que están en las carreras científicas, yo no apostaría demasiado) al poder ellas ofertar el tan ansiado Grado que nos iguale en nombre, y no sólo en equivalencia. Que nos quite el complejo de músicos que la sociedad a veces nos crea.
Dos años después, parece que volvemos al mismo punto, ¿o quizás nó?

viernes, 11 de febrero de 2011

[Adolfo Villalonga] Variaciones emocionales para clarinete solo


Iván Fernández Coba, clarinete
Audición de clarinete solo.
Miércoles, 2/02/2011.
Auditorio "José Agüera" del CSM "Manuel Massotti Littel" de Murcia.

lunes, 25 de mayo de 2009

Nicholas Cook: Music, a very short introduction


De Madonna al Canto Gregoriano: una muy breve introducción a la música.

Prólogo.

En el mundo hay muchos tipos de música diferentes. Pero todas estas formas son música. Cook intenta hacer una historia de cómo se piensa la música y cómo nos relacionamos con ella, en lugar de diferenciar entre lo que es o no música y divinizar un determinado canon, como tradicionalmente se hace.
1. Valores musicales.

- Un anuncio de televisión.
El significado de la música en las personas, el capítulo comienza citando un anuncio, como punto de partida del libro. El anuncio de los planes de pensiones de Prudential nos revela muchas cosas acerca de nuestra manera de entender la música. En primer lugar un joven escucha música con unos auriculares, en concreto rock (le vemos mover los pies a ritmo...), al escuchar música se evade de la realidad y puede pensar en su futuro (es una de las experiencias que nos ofrece la música). Acto seguido, observamos a nuestro amigo convertido en una estrella de rock, el anuncio de planes de pensiones va dirigido a gente joven, con lo que sacamos la conclusión de que la música también nos encasilla e identifica. En una tercera parte veríamos a este individuo como pianista de un centro comercial a merced de las peticiones de señoras de avanzada edad, el sueño del artista, el músico que toca lo que quiere, se evade. No es lo mismo tocar por dinero que por arte.

- La autenticidad en la música.
En este apartado, Cook juega con la idea de una música auténtica, y por consiguiente con la existencia de músicas artificiales. Los orígenes de esta concepción son muy antiguos. Nos pone un ejemplo en el que se compara al blues como música auténtica que se toca de memoria, frente a la tradición europea que necesita de partituras y sin ellas es incapaz de tocar. Pero la idea de autenticidad no gira sólo en torno a esta contraposición entre música popular y culta. También la idea de autoría influye, dado que no son igualmente valorados lo grupos de música que interpretan su propia música que los que se limitan a imitar el sonido de bandas legendarias, es decir, el escalafón de la musicalidad eleva a los creadores frente a los meros intérpretes. Pero aún así la distinción entre creador e intérprete no es tan grande, pues un intérprete hace suya la creación, aportando su visión personal, lo que entronca con como nos vende la música la industria (incluso la clásica). No compramos Beethoven, aunque sea lo que se estudie, compramos la visión que el gran artista de turno tiene de su música, lo convertimos momentáneamente en creador para alabarlo, y que compremos el disco.
En nuestra cultura impera, por lo tanto un sistema de valores que coloca la innovación sobre la tradición, la creación sobre la reproducción, la expresión personal sobre el mercado. En una palabra, la música debe ser auténtica, ya que de lo contrario, ni siquiera es música.

- Palabras y música.
Cook nos habla ahora de la importancia de las palabras, el lenguaje, porque es un reflejo de como pensamos las cosas. Lo que se dice sobre la música nos habla de cómo pensamos la música, para llegar a la conclusión que la forma que hemos heredado de entender la música no da abarcado el abanico de músicas existente en el mundo.
Esta forma de pensar la música es la que está detrás del esquema de producción y consumo de la música (componer, interpretar y evaluar) que también es la base del Currículo Nacional Británico y el CGES, una secuencia jerárquica y cronológica. Este pensamiento también está detrás de la concepción de la "obra" musical como un "capital estético", que conocemos como repertorio. Esta concepción parece natural, pero no lo es, es un producto de la actividad cultural humana.
2. Vuelta a Beethoven.

- Disfrutar sufriendo.
El pensamiento al que Cook se refiere en el capítulo anterior surge a principios del siglo XIX en las capitales musicales del norte y centro de Europa (especialmente París, Londres, Berlín y Viena). En esta época el modelo capitalista quedó arraigado en la sociedad, y la música pasó a formar parte privilegiada entre las artes del romanticismo que reinó en este período, debido a su capacidad de expresar sentimientos sin palabras.
A continuación, Cook nos habla de la importancia de la figura de Beethoven, por ejemplo en el concepto de compositor o en su música, que parece ir dirigida a cada uno individualmente, generando el concepto de oyente que se evade del mundo gracias a la música (cuadro de Eugéne Louis Lami, Durante la escucha de una sinfonía de Beethoven) igual que nuestro amigo del anuncio del principio con sus auriculares.
También argumenta que las innovaciones de Beethoven fueron posibles porque disponía ya de un público entregado a él que se esforzó por entenderlas, creando explicaciones más profundas que la propia obra escuchada, buscando claves ocultas como la sordera de Beethoven.

- Del lado de los ángeles.
Aquí Cook nos habla de las ideas que surgen parejas a la recepción de la música de Beethoven, como la idea de autoridad y de trascendencia espacial y temporal de la música.
Sobre la idea de autoridad se puede decir que es básica en la interpretación, entendemos que un intérprete refleja las verdaderas intenciones del autor, la escucha se convierte en una especie de comunión entre el oyente y el compositor a través del intérprete, sobre todo en versiones "autorizadas". Este autoritarismo también se ve entre el director y los músicos de la orquesta. El papel tradicional del intérprete es reproducir lo que el compositor ha creado, en el caso de la orquesta está subordinado al director como representante de los deseos del compositor. También se acusa este autoritarismo en la educación de los oyentes para decirles lo que debían oír.
El mito de Beethoven con su sordera, alejado del mundo para dedicarse a su música contribuye a esa trascendencia de la música en el tiempo y el espacio. Beethoven no compuso para su tiempo, criticando a otros como Rossini que si lo hacían, y por eso su música ha transcendido más.
Esta música que transciende formaría un capital estético, que se puede acumular. Surgió la idea de un museo musical, igual que surgían en esta época museos de otras artes. Pero ese museo no se materializó físicamente, pero si en nuestra cultura, formando un repertorio o canon de obras.

- El reino del espíritu.
La música como vehículo de comunicación con un mundo superior es el hilo conductor del siguiente apartado. La idea de la música como "médium" con el reino del espíritu, como creación de la naturaleza canalizada por los genios (los incluidos en el museo musical, claro) es ya muy antigua. Pitágoras encontró la afinación de las notas usando la física y las matemáticas, con proporciones. En China, cambiaron las afinaciones a causa de una serie de terremotos porque creían que no estaban conforme a la afinación terrestre. Surge la idea de una armonía universal, casi que divina.
En esa dirección, la aparición de las grandes salas de concierto y auditorios supuso la aparición de una liturgia de la música, como se debía desarrollar la interpretación de la música cual rito religioso en una catedral, como una "religión artística".
Se comenzó a hablar de una música pura (sin palabras) para diferenciarla de la ópera. Pero si bien es cierto, necesitamos las palabras para explicar esa música.

3. ¿Una situación crítica?

- Un recurso global.
La tecnología de reproducción del siglo XX ha contribuido a difuminar las fronteras geográficas y temporales de la música. Favoreciendo esa mentalidad beethoveniana condensada en la frase de Harrison Birtwistle: "No puedo ser el responsable de la audiencia, no soy el dueño de un restaurante". Paradójicamente la música se ha convertido en un signo definitorio y encasillador, elegimos qué música escuchar como quien elige en que restaurante quiere comer.
Con esto también se desmorona la idea de la Música como esa forma de ir al mundo del espíritu, al disponer de diversas músicas entre las que elegir, no van a existir diversas naturalezas.
En contraposición a esta realidad contemporánea, la forma de pensar la música sigue distinguiendo un arte mayor (tradición clásica) y un arte menor (cultura popular). Esto se sigue reflejando en la producción de libros sobre historia de la música. Los manuales siguen distinguiendo la música culta de la popular, que prácticamente no saben donde meter.
Esta concepción etnocéntrica en pleno siglo XX ha llevado a un cambio en la década de los 80.

- Muerte y transfiguración.
La producción de música que sigue la estela de su concepción decimonónica (la música culta contemporánea, vanguardias...) se encontró con un gran "fracaso" con respecto a la tradición anterior. Schoenberg confió en que su método serial sería aceptado como lo fue la música de Beethoven en su época, rupturista. No lo fue. Pudo ser que los compositores serialistas confiasen demasiado en el concepto de autenticidad, esperando que el público se adaptase a ellos, mientras en el siglo XIX se ofrecía lo que el público quería. O puede que prefiriesen un público reducido pero entregado a una excesiva fama injustificada.
Pero esto puede llevar a engaño, no se trata de que esta "nueva música" deba estar en todas partes. Se trata de un producto nicho. Pero dentro de ese nicho, aunque más pequeño que el de Beethoven, tiene un gran éxito.
Lo cierto es que la tradición clásica se ha vuelto bastante estática, se producen sólo unas pocas incorporaciones al repertorio clásico cada década, que tienen que luchar con el contrapeso de la música medieval, renacentista, barroca, la tradición clásica... pero de hecho se realizan interpretaciones de una calidad que difícilmente se habría podido dar en las orquestas de provincias del siglo XIX.
Si hay una crisis en la música clásica, no es en la música en si misma, sino en la manera que tenemos de pensar en ella.


4. Un objeto imaginario.

- Detener el tiempo en seco.
Cook nos habla de un chiste de Ronald Searle para introducir el tema de la presencia de la música en nuestras vidas. La música es sonido, por lo tanto solo existe mientras se interpreta. Todo lo demás (partituras, instrumentos, etc.) nos indica su presencia, pero no son la música.
La señora limpiando las corcheas... ¿que son las corcheas? Son una forma de intentar atrapar la música. Tienen tres funciones: conservar la música, transmitirla de unos músicos a otros y ayudar en la formulación de una concepción mental de la música.
Muchas civilizaciones tuvieron mucho interés en fijarse para la eternidad, en no desaparecer. La música de muchas civilizaciones sobrevive en documentos escasos. Realmente tiene una semivida, porque aunque en muchos casos se ha conseguido descifrar el sistema de notación empleado, esa notación oculta muchos aspectos relativos a la interpretación que desconocemos totalmente. Un ejemplo es el canto llano, hay una notación neumática, que nos indica las alturas, pero no nos dice nada de aspectos tan importantes como duración, intensidad, timbre...Nadie puede decirnos cómo se interpreta.
La interpretación de Moreschi, el último castratto, del Ave Maria de Gounod, que se gravó en 1904 también presenta incógnitas irresolubles. Moreschi podía estar nervioso, o no estar en forma, no sabemos si a una persona de su época le hubiera extrañado tanto como a nosotros. No tenemos respuesta. Si no sabemos como sonada la música en la transición al siglo XX ¿como vamos a saber como sonaba la música medieval? No podemos.
La notación conserva la música pero oculta tanto como revela. Los sistemas de notación son de dos tipos: los que describen los sonidos (notación occidental) o los que describen que hay que hacer para producir esos sonidos (tablaturas, etc.)
La notación en tablatura es más sencilla de leer, no hay que entenderla, solo hacer lo que dice. Pero es más limitada, cada tablatura solo vale para ese instrumento, frente a la “generalidad” de la notación occidental que se puede amoldar más.
Asociamos la tablatura a músicos aficionados. Cuando un niño comienza a estudiar música se ve obligado a estar alejado en principio del instrumento mientras aprende “teoría”, o sea conocimientos sobre la notación occidental.

- Música entre las notas.
Las grabadoras DAT pueden grabar cualquier cosa. Nuestra notación actúa como un filtro que solo capta lo que le interesa. Esto es algo que dificulta el trabajo de los etnomusicólogos.
La notación también distorsiona la música occidental. Si se interpreta al pie de la letra lo que pone una partitura (con un sintetizador, por ejemplo) encontraremos que falta el moldeamiento del tempo y la dinámica que los intérpretes aportan.
Pero una notación que lo incluyese todo, sería inútil, muy compleja de interpretar. Todas las notaciones dejan cosas fuera, aunque cosas diferentes. A lo largo de la historia de la música occidental los compositores han ido añadiendo indicaciones desde un puro esqueleto hasta los casos extremos del siglo XX, pero aún en estos hay espacio para la variación.
A continuación Cook nos describe otros sistemas de notación, como la notación de quin, una larga cítara china. No se representa la notación sino los gestos que debe hacer el intérprete para tocarla, dejando a juicio del intérprete si quiere tocar más rápido o más despacio.
Si la función de la notación es la conservación de la música ha quedado obsoleta con la aparición de los CDs. Su uso nos demuestra la importancia del resto de sus funciones.
La estructura esencial nota-tras-nota es solo parte de la música. Alrededor de esas notas hay un abanico de posibilidades interpretativas que hacen de nuestra interpretación algo único.

- Maestro de la transición más pequeña.
En este apartado Cook nos habla de algunos mitos acerca de la creación de la música, esto es, de la composición. En el siglo XIX, casualmente, salen a la luz dos fuentes muy similares que describen la forma de compones de Mozart y Beethoven. Curiosamente las dos hacen referencia a un ideal de creación mental de la música, de “visión” de la música y posterior plasmación (de manera rápida) en papel. Este ideal se ha mantenido hasta ahora, que los exámenes de armonía y composición se hacen en aulas encerrados y desprovistos de algo tan útil como un piano.
La realidad, es que esto es un mito, el propio Beethoven tenia un método de composición bastante laborioso, con numerosos apuntes y borradores donde la música se iba gestando a basa de ir corrigiendo cosas. El mito ha sido un producto de lo que la sociedad decimonónica esperaba que fuese un compositor: un creador de música, un dios.
Gracias a los cuadernos de composición de Beethoven sabemos bastante sobre su modo de componer, claro que también sabemos que la mayoría no componía de este modo, por lo que no debemos generalizar.
Lo que si parece improbable es que se sentasen ante el papel meditando hasta estar llenos de música y acto seguido la escribiesen toda de un tirón en el papel. Según los contemporáneos Mozart y Schubert se aproximaron, pero hasta ellos corrigieron y recorrigieron su música sobre el papel.
La mayoría hacía pruebas que no dejaban huella, con el piano, e iban moldeando la música a su gusto.
Esto ha creado la idea de que los verdaderos compositores escriben en sus mesas de trabajo, sin usar el teclado, lo que se materializa en los exámenes de composición sin piano... Hay anécdotas de Ravel, Chopin o Mahler con situaciones relacionadas con la composición con piano. Ravel se sentía incapaz de encontrar nuevos acordes sin un piano. Chopin y Mahler se quejaban a los fabricantes de pianos por tardar en entregárselos, ya que interrumpían su creación al estar sin piano.
La idea de que hay algo malo en componer con piano es un mito decimonónico proveniente de la idea de la música como proveniente del mundo del espíritu, cuando es algo que hay que hacer.

- La paradoja de la música.
Ahora entramos en el mundo de la metáfora. Usamos permanentemente la metáfora para hablar de música, hablamos por ejemplo de textura, cuando la música no se puede percibir por el tacto... y así muchas expresiones para hablar sobre la música.
Todas estas metáforas ilustrarían la metáfora base, que es tratar la música como un objeto.
La música en un partitura permite desligarla del tiempo y convertirla en un objeto imaginario, como cuando comparamos pasajes, los desligamos del tiempo. Esta es la paradoja de la música, la vivimos en el tiempo pero necesitamos falsearla y sacarla del tiempo. Lo importante es no confundir el falseamiento (partitura) con la experiencia temporal que es la música.
Es el problema que pudo tener la música “seria” que se hizo después de la segunda guerra mundial, como pruebas de sonido centrándose en la partitura sin darse cuenta de su reducido público.
La confusión entre objeto imaginario y experiencia es inevitable. Cuando vamos a comprar un CD vamos a comprar música...
La aplicación de esta idea de objeto imaginario viene a cuento con el “museo imaginario” que Cook describió en el capítulo 2. Podemos encontrar dos explicaciones, según Cook, a esto. La primera que los objetos del museo no sean experiencias, sino sus sucedáneos, los objetos de cualquier museo, y acudimos a ellos a que nos provoquen las experiencias.
La otra sería ver la historia de la música no como el transcurrir de obras sino como un reflejo de nuestra propia historia.

5. Cuestión de representación.

- Dos modelos de arte.
La teoría gráfica defiende un modelo de arte como representación de la realidad. Fue entonces cuando apareció la contemplación quasi religiosa de las obras de arte. La música es vista ya desde Pitágoras como representación de la armonía cósmica, representación microcósmica del macrocosmos. En el siglo XVIII esta visión fue suplantada por la teoría de los “afectos”, por la que la música obtenía su significado de la representación de sentimientos como el amor, la furia, los celos... En suma, hay una visión de la música como representación de realidades externas a la propia música.
Ludwig Wittgenstein dijo que no se podía pensar en un tema musical como representación de ninguna otra cosa. Se basaba en el argumento de que el lenguaje no representa realidades, es una realidad en si misma. Cuando prometemos algo, el hecho de decir “prometo” es un acto en sí mismo.
Al mismo tiempo, lingüistas y antropólogos llegaban a la conclusión de que no podían traducir adecuadamente las lenguas indígenas americanas, las categorías no coincidían, entre otras cosas porque los indígenas tenían una relación con el mundo muy distinta que los angloparlantes. Benjamin Lee Worf propuso una teoría radical, por la que sería el lenguaje el que construiría esa realidad, en lugar de representarla.
Desde este punto de vista, el arte construiría nuevas realidades, en lugar de representar las existentes. Las repercusiones de esta teoría en la música, afectan a la forma en que la vemos como arte interpretativa. Pues si analizamos la composición de una agrupación musical, encontramos características organizativas de cualquier agrupación social o empresarial. La orquesta clásica y su evolución reproducen estructuras organizativas de la sociedad contemporánea.
La orquesta forma parte de la sociedad, y por lo tanto participa de sus cambios, al mismo tiempo que os pode presagiar. La aparición de orquestas y grupos sin director, pode adelantarnos la aparición de sistemas de organización menos jerárquicos.
Lo cierto es que halamos con más seguridad cuando halamos de los cambios sociales en la música que cuando especulamos sobre lo que la música puede estar representando.

- Un enfoque global da música.
Poniendo como ejemplo la diferencia entre las partes de oboe de las sinfonías de Mozart y Beethoven, Cook hace hincapié en el paso a una música al servicio del público, como una cadena de producción. Después habla del himno de Sudáfrica, su interpretación no sólo es un acto musical, sino que también tiene tintes políticos, esos que también influyen en la propia música, pues es una textura coral, de hermandad. Compara esto con otros himnos como el francés o el inglés.
Aún así, sería estúpido tener sólo en cuenta el significado en virtud de lo que se hace, pues hasta el himno de Sudáfrica es una obra musical, tiene un compositor y una historia, no es sólo un acto político.
Cuando escuchamos música clásica, escuchamos “música de”, en ciertos casos hay que consigue escuchar “una interpretación de”. La música clásica está pensada para la reproducción.
La estética de la representación está en contra de la libertad de los intérpretes, defiende que son innecesarios. Este principio no es aplicable a la música clásica, pues la partitura muestra tanto como esconde.
Otra característica de la música clásica es que es exclusiva, es decir, la música sólo está al alcance de los músicos. Se puede saber mucho o escuchar mucha música, pero eso no te convierte en un músico. Las grandes obras maestras no están al alcance interpretativo de cualquiera.
Tradicionalmente las historias de la música han versado sobre las composiciones musicales cuando deberían ser mejor una historia de como las personas han cambiado su forma de ver el mundo.
En realidad necesitamos dos aproximaciones a la música, se complementan, la de la creación y la de la recepción (la gente escucha lo que se crea, pero también se crea pensando en la gente).
Estudiar la música es estudiarnos a nosotros mismos, estudiar nuestra participación en ella.

6. La música y la academia
- Cómo entrar…
En 1985, Joseph Kerman publicó un libro en el que ofrecía un enfoque crítico de la musicología, del desarrollo de la musicología, una historia social de la musicología.
Kerman atacó sobre todo dos aspectos del trabajo de los musicólogos: la publicación de ediciones autorizadas y la falta de estudios contextuales.
Sobre el primer aspecto hace falta decir que fue una tendencia iniciada por Beethoven, que intentó publicar una edición autorizada de sus obras. Pero esto choca con que no todos los compositores tenían la intención de crear UNA obra para que se preservase intacta. Lo cual genera problemas con la música antigua de fuentes y con estos compositores (que variaban conscientemente sus ediciones) porque si tienes varias ediciones, todas revisadas por el compositor, y son distintas… ¿cual es la auténtica? El problema surge por hacer esa pregunta, que en algunos compositores no tiene sentido porque no imaginaban así la música.
Otra crítica fue que toda esta masa de conocimientos que se adquirían al realizar las ediciones autorizadas (que requieren de arduas investigaciones) no se aplicase en la contextualización de esa música, simplemente, al acabar una edición se pasase a la siguiente partitura, como un mecanismo.
A los teóricos musicales Kerman también les acusó de esto último, de no usar los conocimientos que adquirían del uso de procedimientos analíticos para conocer mejor la música, sino para justificar que la música en cuestión que era analizada era digna de conservarse, de formar parte del canon.
La visión de Kerman era bastante personal, caricaturesca. Los musicólogos devoraron su libro en parte por curiosidad sobre lo que decía de ellos y en parte porque existía la percepción que la relación entre musicología y música no era todo lo que debía ser.

- Y cómo salir…
Kerman dice en su obra que la respuesta para una mejor relación entre la academia y la música puede venir de la mano de la interpretación histórica, o como dice él históricamente informada. La música del pasado debería intentar tocarse como se tocó en el pasado. El problema puede venir al intentar encontrar la interpretación “auténtica”, caeríamos en el mismo error que estamos intentando evitar, esto ocurre porque también es muy difícil averiguar como se interpretó la música en el pasado, debido al cambio de instrumentos (que evolucionaron), de técnicas interpretativas y de grupos musicales.
La premisa es interpretar la obra siguiendo los deseos originales del autor. El problema, en la mayoría de los casos los desconocemos. En ese caso se opta por buscar la mejor interpretación que sería posible en la época.
La etnomusicología, que es vista por musicólogos y teóricos como el estudio de la música que ellos no estudian, se muestra como el estudio de toda la música en términos de su contexto social y cultural, abarcando la producción, recepción y significación. Suele ser una disciplina más receptiva a tendencias de fuera de la especialidad, al estar más ligada al campo humanístico.

7. Música y género

- El sexo invisible.
Desde 1930 se ha desarrollado una “teoría crítica” que intenta percibir la influencia del poder y como se canaliza. En el ámbito musicológico, se ha estimulado la investigación acerca del “canon” y el papel de diversas instituciones en su creación, mantenimiento y naturalización. Se “educa el oído”de los alumnos en las primeras fases de su aprendizaje musical, se les orienta cara una escucha, la música pasa de ser algo que se hace a ser algo que se conoce.
Se dice que la historia de la música es la de la ausencia de las mujeres. Esto tiene bastante que ver con como se cuenta la historia (como la de héroes y obras maestras) puesto que para cualquier mujer de clase media-alta era imprescindible una mínima formación musical (como instrumentistas domésticas). Solían tocar el piano, para así acompañar al hombre que sería el solista (y marcaría la pauta, era lo que se esperaba en la sociedad del momento). Pero las mujeres no componían, por eso no se reflejan en la tradicional historia de la música, sólo tocaban en casa, para amigos, de forma íntima.
Las cosas han cambiado, aumenta el número de mujeres compositoras, pero el sexismo sigue reinando en la música.

- La música sale del armario.
En el siguiente apartado, Cook nos habla de la relación entre el sexo y la música. Primero hace mención a las similitudes encontradas por Susan McClary entre la música de Beethoven y una violación. Estas tesis causan gran revuelo en la musicología de los años 80. Un carácter masculino, dominante. Frente a esto se compara con la música de Schubert, de un carácter más femenino, es cuando se entra en el tema de la homosexualidad de Schubert.
Lawrence Krammer acuñó en 1990 el término musicología post-Kerman para referirse a la manera crítica de acercarse a la musicología. Fue criticado por Tomlinson.

- Algo que hacemos.
Que la musicología saliese del armario formaba parte de un proceso cultural más amplio. Una declaración de homosexualidad, al igual que la música, es algo que se hace, un acto interpretativo.
A continuación, Cook nos habla de cómo la visión de McClary nos presenta la música como un lugar “tierra de nadie” en el que los compositores podían explorar otros ámbitos de su conformación psicológica. También nos muestra cómo al igual que el himno de Sudáfrica, que una mujer del siglo XIX cantase en su casa un ciclo de canciones de Schumann también tiene connotaciones implícitas, es una declaración.

Conclusión

Cook mantiene un optimismo cauteloso con respecto a la música. La vivimos como si fuese un fenómeno natural, pero a la vez no lo es, es una construcción humana. La música es parte del sistema cultural y como tal hay que verla así, porque podemos caer en la tentación de entender y valorar la música de otras culturas desde nuestro canon. Hay que aprender no solo a escuchar la música sino a leerla dentro de su contexto cultural.

Opinión personal:

Me parece muy interesante la reflexión de Nicholas Cook. Resulta demoledor leer y darte cuenta que es muy probable que la música como la concibas no sea así, que toda tu vida has estado viendo y escuchando de una manera amaestrada. Es bastante enriquecedor para la música plantear este tipo de ideas de que el problema no está en una disciplina (como la historia de la música) sino en como se plantea en sí misma esa disciplina.
Al leerlo me gustó bastante porque yo personalmente lo relacioné con todo lo que se me ha dicho en Santiago, estudiando historia. Los profesores nos hablaban de cómo en unas cuantas décadas, la forma de ver las humanidades había cambiado radicalmente gracias a este tipo de reflexiones y autocríticas. Y claro, la Historia de la música es una humanidad más y no se podía ver ajena a esto.
Nicholas Cook, ante la imposibilidad de hacer una historia de la música universal, por ser inabarcable en su conjunto y, teniendo en cuenta que lo que es o no música es bastante discutible, difícil hasta de definir, decide hacer una historia de cómo se entiende la música.
En conjunto, lo que creo que Cook nos quiere decir es que dejemos de pensar en lo que la tradición decimonónica llama música culta o clásica como la Música con mayúsculas y comencemos a verla como una música más dentro de un gran abanico de músicas.
"La vivimos dentro del tiempo, pero con objeto de manipularla, incluso de entenderla, la sacamos del tiempo y, en ese sentido, la falseamos." Me encanta esa frase. La música es algo temporal, incontrolable, desde mi punto de vista la música ES el directo. Una grabación siempre será una grabación de un momento. Capturar el sonido, detener el tiempo, esta es la reflexión con la que empieza el capítulo 4. También me trae a la cabeza una reflexión sobre la música actual, el “mercado musical”. Que falsedad, ¿no? Un músico debe demostrar lo que es en un escenario, en directo, esa es la mejor experiencia musical. Uno puede escuchar grabaciones por diversos motivos, y son muy útiles, yo no estoy en contra, pero por motivos didácticos, es decir como lo que son, documentos sonoros. Las grabaciones son útiles porque lo normal es no tener a mano un directo de toda la música que queremos (de hecho hay cosas imposibles, escuchar a un castratto solo lo podemos hacer gracias a la grabación de Moreschi).
Esta obsesión por capturar la música es constante, la notación surge con ese fin, pues hay música que no se escribe, porque no se consideraba que tuviera que perdurar (la música popular) y se transmitió de manera oral. Pero la notación es imperfecta, lo que hace al intérprete una figura clave, que tiene que aportar lo que le falta a la partitura, eso es lo que hace interesante la interpretación (sino le pagamos a alguien para que grabe con un sintetizador toda la música escrita hasta hoy y nos dedicamos a otra cosa... pero no sería lo mismo, el intérprete es necesario).
El intérprete es necesario e interpreta una música que... ¿surge por inspiración “divina”? ¿Representa una realidad externa? No. La música hay que hacerla, uno no se sienta, y de su mente fluye la música de tal manera que solo tenga que escribirla. En tal caso uno podrá improvisar en la mente, pero eso implica el desarrollo mental de unos patrones preconcebidos, ya trabajados. Las improvisaciones se basan en una experiencia, un trabajo, no en la inspiración divina o en un reflejo del mundo de las ideas...
La música no es un reflejo, forma parte de nosotros, de lo que somos, de nuestra sociedad. Refleja nuestros cambios. Y Cook piensa que también los puede predecir, en cierto modo. Yo en eso no estoy tan de acuerdo, aunque si que tiene razón que acertamos más al hablar de las relaciones sociales en la historia de la música que al especular sobre que puede representar algo escrito hace siglos y que no sabemos con seguridad (ni podemos saberlo) como sonaba.
Es curioso, ahora me fijo, que mucha gente pretende tener la verdad absoluta cuando habla de música. No es la primera vez que escuchas a alguien decir: “es que eso no es así, es mas rápido/lento”, o incluso, cuando hablas de música del clasicismo o romanticismo, que alguien te diga la indicación metronómica exacta para un allegro… aunque no queramos se nos pide que aspiremos a una versión, una verdad… cuando por lo que nos cuenta Cook, en algunos casos, ni el propio compositor encontró esa verdad, porque sencillamente no creía en ella.
Cuando tocas una obra, por desgracia, te expones a que te comparen con la versión (grabada en CD, seguro, con la diferencia que ello supone frente a una actuación en directo) que el público haya escuchado y que se aproximará a un canon, se espera de ti que interpretes “la obra”, para ello las editoriales se afanan en ofrecerte versiones autorizadas, que los musicólogos elaboran con arduas investigaciones.
En cuanto a que la solución de estos desajustes entre musicología y música sea la interpretación histórica… pues prefiero pensar que la solución es que la gente entienda que en música (sobre todo en la de hace muchos siglos, tantos que casi no tenemos más información que la partitura) no hay nada de verdad absoluta, solo interpretaciones, y que cada cual se quede con la que más le guste. No creo que haya ninguna razón para dejar la música estancada en su contexto original, con sus instruementos, como si estuviese en un museo…
En el último capítulo Cook se hace eco de las interpretaciones que McClary hace de la música sobre todo desde la perpectiva sexual. De todo el capítulo con lo que me quedo (más que con las comparaciones) es con la idea de que las mujeres no aparecen en la historia tradicional de la música por un problema de la propia historia de la música, que no valora el ámbito (doméstico) en el que ellas tenían mucha presencia y se dedica a ensalzar a los compositores (estos si eran hombres, por influencia de la sociedad) e lugar de fijarse en las condiciones de interpretación de la música y en lo que significaba en otras épocas.
Para finalizar, y en conclusión, estoy de acuerdo en el balance que hace Cook de la música como fenómeno cultural que tenemos que ver como tal, y por tanto no debemos estilísticamente comparar una música como mejor porque según los criterios estilísticos de una cultura así se vea, sino aprender a ver todas las músicas dentro de su contexto cultural.

Bibliografía:

- Nicholas Cook: De Madonna al canto gregoriano: Una muy breve introducción a la música (Madrid: Alianza Editorial, 2006)